Bildu avala el resultado de los presupuestos participativos pese a detectar «carencias»
Su apoyo explícito garantiza la mayoría suficiente para que las propuestas votadas se incorporen al presupuesto municipal de 2015
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
«Dos pasos adelante y uno para atrás». Así resumía ayer el concejal de Bildu en Irun, Juan Mari Unanue, el balance de los dos procesos de presupuestos participativos, uno de la Diputación Foral y otro del Ayuntamiento, que han tenido lugar este año en la ciudad. Que ambas instituciones «hayan dado voz y voto a la ciudadanía para decidir en qué gasta parte del dinero nos parece un logro que hay que defender en los años venideros. Nunca se había hecho esto».
Ni él ni el portavoz del grupo municipal, Oinatz Mitxelena, tuvieron reparos al hablar de «carencias» en ambos procesos, pero lo hicieron en tono «constructivo. En esto, todos somos aprendices», remarcó Unanue. Sí destacó que les han «entristecido» algunas manifestaciones del equipo de Gobierno. Una del alcalde, José Antonio Santano, «calificando el proceso de la Diputación de rácano y electoralista, dos meses antes de dar a conocer el suyo». Otra del portavoz socialista, Miguel Ángel Páez, la semana pasada, «achacándonos falta de apoyo cuando somos el único grupo que ha hecho aportaciones» al presupuesto participativo municipal.
Mitxelena apuntó que esas aportaciones trataron de evitar «carencias» que ha tenido el proceso local. Bildu admite también que al de Diputación le faltó «una voluntad decidida de universalización, un trabajo de base para fomentar la participación y acuerdos con los ayuntamientos. Quizá», decía Unanue de los responsables forales, «pensaron que no hacía falta, pero las bondades de un proceso participativo hay que venderlas para que los ciudadanos sean parte activa».
En el proceso municipal, señaló la «falta de rigor técnico sobre la claridad en la actuación en las diferentes fases: presentación de propuestas, discusión, selección, elección y decisión». Mitxelena insistió en que, como apuntaron en su día, «sobraba la intervención inicial del alcalde» y advirtió los problemas detectados en cuanto a que «no todas las propuestas online se trataron por igual en las reuniones». Calificó de «poco ético» el comportamiento de algunas asociaciones en las reuniones, «enviando en masa a sus miembros para que participaran a título personal. En la fase de votaciones, alguna AVV ha recogido nombres y DNI para votar de su parte, otras han utilizado las redes sociales... No decimos ni que esté bien ni que esté mal, pero esto hay que regularlo previamente. Está bien intentar que el proceso sea lo más amplio posible, pero a la hora de establecer la metodología, en algún momento hay que cerrar algunas cuestiones». Sobre todo, Bildu ha echado en falta «la sexta reunión», para dar «respuesta sobre los proyectos elegidos para la votación final», en la que se fijaran y aprobaran éstos y que «hubiera evitado problemas como el que ha ocurrido con la que fue la propuesta más votada en Ventas».
Camino de futuro
Pese a todo, Bildu anunció que votará a favor de las enmiendas al presupuesto resultantes de este proceso por considerar que «los ciudadanos han podido decidir», obviando el hecho de «estar de acuerdo o no» con lo decidido. También se ofrecieron al Gobierno para «colaborar en los procesos participativos que pueda estar interesado en iniciar en otros ámbitos porque, si lo hacen con honradez, estamos remando en la misma dirección».
En la línea de mejorar, solicitaron un análisis valorativo «que no sea interno, sino con la opinión de quienes han participado». Para afianzar los avances logrados, instaron a un trabajo conjunto de los técnicos municipales y forales «para diseñar un proceso que valga para ambos» y a establecer una norma municipal «que garantice la continuidad de este tipo de procesos independientemente de quién gobierne en el Ayuntamiento».
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