Iñaki Ceberio El bibliotecario municipal y el equipo del CBA: «El trabajo aquí es ímprobo, somos el motor y la sede de muchas cosas»
El CBA acaba de cumplir un año, para celebrarlo conocemos al equipo que está detrás del mayor centro de información y cultura de la ciudad
- YLENIA BENITO BIDASOANDV@GMAIL.COM
¿Recuerdas ese primer Teo que leíste? Lo cogiste prestado de la biblioteca, te acompañó tu madre. ¿Recuerdas cuántas horas invertiste preparando los exámenes del último curso? Ibas cada día a primera hora a la biblioteca, te acompañaban dos amigos. ¿Recuerdas aquella tertulia de poesía a la que te apuntaste? Descubriste a Walt Whitman, te acompañó Pilar. Estos son sólo unos pocos recuerdos de los muchos que tenemos entre las cuatro paredes de Ikust-Alaia, ahora convertida en algo más que una biblioteca. El CBA es un centro cultural, una máquina de crear recuerdos y proporcionar información de todo tipo. El engranaje lo mantiene activo, ahora, un equipo de trece personas con Iñaki Ceberio como 'maquinista' principal.
-Un equipo de diez con trece...
-Ahora en el CBA somos un equipo de trece personas, sí. Pero, en realidad, el centro funciona gracias al trabajo de más personas que no veis.
-Pongamos nombre primero a esos magníficos, al equipo que puso en marcha el CBA.
-Maite Aramburu, Purificación García, Eneko González, Pati González, Victoria Gutiérrez, Iván Lucas, Silvia Rodríguez, Amaia Romero, Elisa Sagüés, Mertxe Tranche, Aitzol Urkiola, Vanessa Iturricastillo, Eider Marcos, Alex Santiago y yo.
-¿Quién más ayuda a poner en marcha los engranajes del CBA?
-El servicio de limpieza, por ejemplo, es muy importante. Esas personas se encargan de que antes de abrir las puertas cada mañana, todo esté en perfecto estado. Son parte del equipo de la biblioteca. Igual que lo son los compañeros de la brigada. Cada vez que tenemos un evento o exposición, ellos vienen a echarnos una mano con el montaje. Sin olvidar al personal del Área de Cultura. Aquí se hacen muchas cosas que no se ven.
-Yo a ti te llevo viendo mucho tiempo, eres parte de mis recuerdos de biblioteca...
-Normal, el equipo ha crecido ahora con la apertura del CBA, pero en Ikust-Alaia yo empecé solo.
-¿Recuerdas aquel día?
-29 de julio de 1988. Comencé con una sustitución. En aquel entonces solo había una persona trabajando en la biblioteca.
-¡Solo ante el peligro!
-No había peligro, pero date cuenta que entonces la biblioteca no era lo que es hoy en día. Durante estos años ha crecido, en calidad y cantidad. En todo.
-Eres parte de la historia de la biblioteca municipal, de la más reciente al menos.
-Fue a finales de los 70 cuando se puso en marcha en Irun la biblioteca municipal. Antes lo que había era una biblioteca popular circulante de la mano de la caja provincial de ahorros de Gipuzkoa. Incluso, en 1929, las actas municipales recogen el traslado de una biblioteca que había en el Ayuntamiento al asilo.
-Estaba en lo alto de la calle San Marcial, ¿verdad?
-Recuerdo haber ido allí como usuario cuando empecé el instituto, sí.
-¿Y cuándo abrió sus puertas Ikust Alaia?
-Durante algunos años, el Ayuntamiento fue haciendo algunas adquisiciones y se fueron recuperando fondos de aquella biblioteca circular. En 1985, si no recuerdo mal, se habilitó la planta baja de Ikust Alaia y el semisotano para instalar ahí la biblioteca y el archivo municipal.
-Y tres años más tarde llegas tú.
-Y después, poco a poco, los demás. Al principio se atendían escasamente 200 metros con unos horarios muy restrictivos. El espacio fue creciendo, 500 metros, 750, 1000... Eso ha exigido tener más personas. Ha sido, como es normal, un proceso largo, pero inevitable.
-Los has visto llegar a todos, igual que a los usuarios. ¿También son más?
-¡Claro! He visto llegar a gente con cuatro o cinco años a llevarse los 'Teos', los mismos que ahora vienen con sus hijos. O he visto a jóvenes venir a la biblioteca a hacer sus deberes, y hoy en día les veo con un estudio de arquitectura. Con muchas de estas personas mantenemos relación, no con todas, pero con muchas sí.
-Usuarios yendo y viniendo a por libros, a hacer deberes, participar en alguna actividad... Y vosotros siempre detrás de todo.
-Aquí se hace un gran esfuerzo para que la máquina funcione. Se consigue porque las personas que trabajan en el equipo se implican mucho. Todo es mejorable por parte de todos, pero sin su implicación y motivación muchas cosas no serían posibles.
-¡Y tanto! En el CBA no sólo se prestan libros...
-El centro de información, formación y cultura por excelencia es la biblioteca pública. Es parte del corazón de una ciudad. Ahora, por las condiciones que tiene el CBA, esto es más visible. Pero siempre hemos tenido talleres o cosas en pequeño formato, hemos intentado siempre crecer en el aspecto informativo. El trabajo aquí es ímprobo, somos el motor y la sede de muchas cosas.
-Yo diría que sois corazón y memoria de la ciudad, ¿no?
-Sin duda. Éste es un centro de documentación sobre la ciudad, el más importante y abierto.
-¿Cuántos libros hay?
-El catálogo oficial dice que setenta mil, pero hay más fondo. Tenemos mucha documentación, no todo son libros. Y tenemos vocación de tener más. Este centro no es antiguo, es nuestro deber recuperar cierta memoria y fondo. No todo lo que existe o ha existido está flotando en la nube.
-¿Cómo se eligen los fondos?
-También en equipo. Vivimos muy aprisa, hay mucho ruido y hay que elegir dentro de las necesidades, posibilidades y deberes. No nos podemos dejar llevar por lo que nos gusta. Tiene que haber de todo, informática, arte, esoterismo, derecho... Debemos tocar todas las teclas para lograr un equilibrio y ser atractivos para los que vienen y enganchar a los que no.
-¡Aquí las estanterías hablan!
-Nosotros nos guiamos por lo que mueven o piden los usuarios, pero también por la actualidad. El equipo tiene que estar al día de todo. Las nuevas tecnologías han llegado hace años y nos han obligado a ponernos la pila no, la batería.
-La maquinaria siempre a punto.
-Eso es. El otro día, por ejemplo, vimos una noticia sobre un avión al que le habían puesto el nombre de Gloria Fuertes. Dijimos '¡ojo!', y ya estamos pensando cosas para el año que viene revitalizar la figura de la escritora.
-¿Es difícil estar al frente de esta máquina, Iñaki?
-Yo tengo una responsabilidad, pero sin el equipo no funcionaría. Todos son importantes: las personas del mostrador, las compañeras que tejuelan, las que controlan las publicaciones, las redes sociales...
-¡Primer año CBA superado!
-Sí, y aún estamos engrasando la máquina, adaptándonos y descubriendo cómo trabajar los espacios. Hay mucho por hacer.
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