Historia de una fábrica y de Irun
El museo Oiasso de Irun acoge hasta marzo ‘Porcelanas Bidasoa: Industria, Arte y Memoria’, una exposición que recuerda los 80 años de vida de una empresa que, aún ya desaparecida, sigue siendo un emblema de la ciudad.
REPORTAJE Y FOTOGRAFÍA DE XABIER SAGARZAZU - Sábado, 17 de Diciembre de 2016 - Actualizado a las 06:13h
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Si preguntáramos a mucha gente, en especial a los más jóvenes, con qué actividad económica identifican a Irun, muchos citarían su carácter comercial, de arraigo histórico pero potenciado, hoy más que en el pasado, por su ubicación fronteriza en una Europa en la que ya no hay fronteras ni aduanas. Quizá otros citarían el transporte de mercancías o el ferrocarril. Y si preguntáramos por alguna empresa emblemática de la ciudad, habría quien citara la factoría que CAF tiene en esta ciudad, o a Pasquier-Recondo; ambas, probablemente, las últimas huellas de un pasado de firmas emblemáticas.
Emblemas a los que habría que sumar nombres que algunas generaciones actuales casi desconocen, como la fábrica de herramientas Palmera, Chocolates Elgorriaga, el matadero Montero y una firma, Porcelanas Bidasoa, que posiblemente fuera, en sus casi 80 años de historia, la que más lejos pudo llevar el nombre de la ciudad de Irun.
En el lugar donde se levantaba la fábrica, en la avenida Elizatxo, se alza hoy la urbanización de viviendas de Porcelanas, fruto de la recalificación a la que se quiso agarrar la posibilidad de salvar a la empresa, declarada en concurso de acreedores, hace una década. Una salvación que se frustró. Nada queda ya en este lugar, salvo el nombre, de la que fue fábrica emblemática de Irun, cuyo derribo arrancó en julio del año 2011.
RECUERDO No obstante, los irundarras siguen recordando con inmenso cariño, nostalgia y también con pena por su desaparición, a Porcelanas Bidasoa. Una marca comercial que tuvo un prestigio internacional innegable, y que como tal, sigue viva en el mercado. Seguro que a más de un irunés, y en especial a los trabajadores que hasta el final pelearon por su supervivencia, encontrarse en una conocida cadena de supermercados con una promoción de vajilla y menaje con este nombre, hace no mucho tiempo, les despertó sentimientos encontrados.
Pero además de ese nombre que sigue su curso comercial al margen de la historia ligada a Irun, también se conservan otros elementos de lo que fue Porcelanas Bidasoa y su arraigo e historia en Irun. Unos elementos que desde este pasado jueves y hasta el próximo 5 de marzo, se pueden ver, disfrutar, conocer y sentir en la exposición Porcelanas Bidasoa: Industria Arte y Memoria, que alberga el museo Oiasso.
Nada más entrar por la puerta al edificio de la calle Escuelas, nos encontramos con todo un icono. Se trata de la talla en arenisca de la Virgen del Juncal, patrona de Irun, la misma que durante décadas presidió la fachada de la fábrica de Porcelanas Bidasoa. Uno de los pocos elementos que se conservaron de la vieja factoría, además de las colecciones de piezas que contenía el pequeño museo que albergaba en su seno. Piezas hoy depositadas y conservadas en Gordailua, el Centro del Patrimonio Mueble de Gipuzkoa, ubicado muy cerca de donde estuvo la emblemática fábrica.
La exposición fue presentada el jueves por el alcalde de la ciudad, José Antonio Santano, por la directora foral de Cultura, María José Tellería y por Pía Alkain, recién incorporada como directora del museo Oiasso en sustitución de Mertxe Urteaga.
MIRADA A LA HISTORIA La exposición es una mirada a la historia de Porcelanas Bidasoa en sus tres vertientes, la industrial como actividad económica, la artística por los que diseñaron sus emblemáticas piezas y colecciones, y la de memoria, la de los lazos que unían a esta empresa con los cientos de iruneses y bidasoarras en general que allí trabajaron a lo largo de casi ocho décadas.
La propia Alkain aludía a esta última faceta, en primera persona, pues “jamás hubiera imaginado estar trabajando en un museo y presentar una exposición” sobre Porcelanas Bidasoa, empresa en la que su propio padre “trabajó durante 37 años” y de la que ella misma, “antes de ser arqueóloga, vendía sus piezas y colecciones en un negocio familiar”.
Ya sobre la propia muestra, la nueva directora del museo Oiasso explicó que “en el salón de la planta baja, se recoge en paneles y otros elementos como piezas y maquinaria, cómo era el proceso de trabajo en Porcelanas Bidasoa”. Todo ello junto a una muestra de 23 fotografías que el irundarra Karlos Olivé tomó de la fábrica en los días previos a su derribo.
Ya en el resto del museo, junto a la colección permanente que recuerda el pasado romano de Irun y Gipuzkoa, “se pueden encontrar, en la primera planta, fotos históricas de los archivos de Jose Mari Castillo, Miguel Salaberria y José Luis López de Zubiria”.
En la segunda planta del museo, se exhiben piezas de todo tipo, “desde vajillas diseñadas por los propios artistas, casi anónimos, que trabajaron de forma discreta en el seno de la empresa, hasta otras que crearon grandes nombres como Pablo Picasso, Salvador Dalí o Xavier Mariscal. Y hay también un espacio dedicado a Conchita Laca, irunesa que trabajó en Porcelanas entre 1952 y 1984, y sus flores diseñadas a mano”, destacaba el alcalde, José Antonio Santano.
La directora foral de Cultura, María José Tellería, se felicitó “por esta exposición, fruto del trabajo en equipo entre Gordailua, Oiasso y el Ayuntamiento de Irun, que a buen seguro va a interesar no solo a los irundarras sino a muchos guipuzcoanos”.
Unos irundarras que, tal como recordaba su alcalde, aún siguen teniendo “el gesto de ir a comer en cualquier parte y al ver una pieza de vajilla que les llama la atención, darle la vuelta, buscando instintivamente la marca Porcelanas Bidasoa”.
La exposición, con entrada a tres euros, puede verse de martes a domingos de 10.00 a 14.00 horas y también de tarde, los viernes y sábados, de 16.00 a 19.00 horas.
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