La Residencia GRS Inmaculada celebra la primavera en colaboración con Kunsthal
Ocho alumnos del centro han colaborado con los residentes en un programa intergeneracional para diseñar una intervención artística que se mostrará el día 28 en un evento abierto
- M.A.I.
- IRUN
La Residencia GRS Inmaculada celebrará una fiesta de primavera el martes próximo, día 28, desde las 16.00 hasta las 18.30 horas. Si el tiempo acompaña, será en el jardín de este centro, con baile y lunch y estará abierta a la ciudadanía. Pero tendrá un ingrediente extra, la proyección de una película que recopila el proceso de preparación de esta festiva jornada. Lo que han tenido de especial esos preparativos es que han participado, junto a los propios residentes, ocho estudiantes del Centro Superior de Diseño Kunsthal.
«Empezamos a finales de febrero con este proyecto que tiene como hilo conductor el diseño de una intervención efímera relacionada con la primavera», explicaba Borja Legarda, profesor de Kunsthal. Así, una treintena de mayores y ocho jóvenes han colaborado para preparar juntos el evento de celebración primaveral. «Lo que subyace es la relación intergeneracional entre los participantes, un proceso de transmisión de conocimiento y sensibilidad, además de la formación en valores de los ocho alumnos que participan en el proyecto».
Durante tres semanas, cada martes de 10.00 a 12.00, el personal de la residencia ha ayudado a los estudiantes a dinamizar una serie de actividades con sesiones de conversación y juego y talleres para la creación de broches, colgantes y elementos para la ambientación del espacio en el que se desarrollará el evento.
«Beneficioso para todos»
Desde la propia residencia irundarra la valoración del trabajo realizado en estas semanas previas es muy positiva. «Programas como éste son medios, estrategias, oportunidades y formas de creación de espacios para el encuentro, la sensibilización, la promoción del apoyo social y el intercambio recíproco de recursos, aprendizajes, ideas y valores», apuntaba Elena Laguardia, directora del centro residencial. La idea de fondo es que «entre las distintas generaciones surjan lazos afectivos y una serie de beneficios que contribuyan a la construcción de una sociedad más justa, integrada y solidaria».
Laguardia destacó que «a mayor cercanía y familiaridad entre jóvenes y mayores, mayor conocimiento mutuo y, por lo tanto, percepciones menos sesgadas». Opinaba que programas intergeneracionales como éste desempeñan un papel importante «para erradicar la discrimanación hacia los mayores y para favorecer su inclusión social. Durante décadas se han creado estereotipos sobre la vejez y sobre las residencias que no se ajustan a la realidad».
En su valoración Laguardia resaltó los beneficios que las iniciativas intergeneracionales tienen para los mayores. «Cambia su humor, les da vitalidad y les ayuda a fortalecerse frente a la adversidad. Les permite combatir el aislamiento desarrollando amistades con personas más jóvenes. Contribuir a la comunidad y poder compartir experiencias de su vida aumenta su autoestima». Pero los beneficios se extienden también «a los jóvenes. Mejora su percepción de los mayores y disminuyen los estereotipos negativos. Mejoran su sentido cívico y aumenta su sentimiento de responsabilidad social. Aprenden historia, adquieren información sobre sus propios orígenes y conocen las historias de otras personas. Como consecuencia, mejora su autoestima». Todo esto deriva en una transformación de la sociedad para hacerla «más inclusiva. Ayuda a romper barreras y estereotipos, a fortalecer la cultura y desarrollar el voluntariado».
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