Desbloquean la conexión del TAV con Burgos, que unirá en 2h.40 Donostia y Madrid
Fomento desecha el plan anterior, que llevaba años paralizado, y plantea una nueva ruta entre la capital castellana y la ‘Y’ vasca que quiere tener finalizada para 2023
El panorama del Tren de Alta Velocidad (TAV) comienza a aclararse dentro y fuera del País Vasco. El Ministerio de Fomento desbloqueó ayer las obras de la conexión Burgos-Vitoria al enterrar el proyecto original, que llevaba años paralizado, y plantear una ruta alternativa que quiere tener finalizada para 2023, el mismo ejercicio en el que también pretende que eche a andar la ‘Y’ vasca.
El nuevo corredor ferroviario entre la meseta y Euskadi saldrá de la capital castellana y avanzará por Pancorbo y el entorno de Miranda de Ebro rozando puntualmente los 350 kilómetros por hora, la máxima velocidad que puede alcanzar un AVE. Esto permitirá que los tiempos de viaje se reduzcan: el TAV conectará Madrid y Vitoria en 2 horas y 5 minutos y llegará a San Sebastián en 2 horas y 40 minutos (2h.45 como mucho, según se materialice la entrada a la capital, puntualizan desde el Gobierno Vasco).
El paso es de tal importancia para la alta velocidad en el norte de España que fue el propio ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, el que presentó ayer en Burgos el nuevo estudio informativo para la futura conexión con el País Vasco. Es el tercero después de los redactados a comienzos de siglo y en 2015. El segundo, que proponía adaptar la vía de ferrocarril convencional, también queda ya descartado por la avalancha de alegaciones recibidas.
Los técnicos de Adif llevan un año buscando alternativas y parece que ya han dado con ella. Consideran que la nueva ruta permite ahorrar tiempo, además de reducir el impacto ambiental y el coste económico. Serán 1.374 millones de euros como máximo frente a los 1.536 que estaban previstos en el proyecto previo. Las cifras aportadas no incluyen el IVA.
El estudio informativo de la ruta a Vitoria será sometido ahora a exposición pública y, sobre todo, al escrutinio del Ministerio de Medio Ambiente, que definirá con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que debe emitir el trazado definitivo. La principal duda es la solución técnica que se dará para la salida del corredor ferroviario de Burgos, para lo que se plantean dos alternativas: la primera llevaría el tren de alta velocidad casi en paralelo a la línea ferroviaria convencional hasta Briviesca, donde se desviaría siguiendo el trazado de la AP-1 y la segunda partiría de la capital castellana mucho más al norte, casi a campo abierto. Es una alternativa más larga –52 kilómetros por 50– pero no obligaría a ejecutar viaductos.
«Es la solución idónea»
Respecto a los últimos 30 kilómetros del trazado Burgos-Vitoria Fomento no alberga dudas. Los debates técnicos han llevado a descartar hasta seis rutas alternativas para definir una única, metro arriba o abajo. El corredor atravesará los montes Obarenes y Ameyugo, una zona de elevado valor ambiental y de protección especial, por Pancorbo con tres túneles de 6 kilómetros (en total) y 1,3 kilómetros de viaductos. «La solución es muy cara pero idónea, no hay más alternativas viables», defendió el ministro De la Serna.
A partir de ahí la única duda era llevar el TAV por Miranda de Ebro o por su entorno ejecutando una variante ferroviaria. Los expertos se han decantado por la segunda para evitar que todos los servicios de alta velocidad se vean obligados a pasar por la estación mirandesa y reducir su velocidad a 90 kilómetros por hora. Este matiz, y que en otras zonas del recorrido la velocidad máxima se eleve de los 270 kilómetros por hora a 350 gracias a la ejecución de largas rectas sin obstáculos orográficos, permitirían ganar «cinco o seis» minutos respecto a los planes que se presentaron en 2015.
Si se cumplen los plazos que maneja Fomento, las obras del enlace entre la capital castellana y Vitoria se licitarán a lo largo del próximo año, una vez superado el periodo de alegaciones y sin esperar a la obtención definitiva de la DIA «para ganar tiempo». Podría llegar a darse la casualidad de que las máquinas llegaran a la zona coincidiendo con la inauguración de la ruta de AVE Venta de Baños-Burgos. Las obras arrancaron en 2009 y los trenes de prueba comenzarán a circular durante el segundo trimestre de 2018.
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