Noticia publicada en Diario Vasco,el sábado día 20 de Marzo de 2021.
«Si no hay alguna ayuda ya mismo, cuatro o cinco sociedades no van a poder seguir»
Las gastronómicas de la ciudad piden ayuda porque sin poder abrir no pueden garantizar su viabilidad pese a exprimir todos sus recursos
En Irun hay más de una treintena de sociedades gastronómicas. Algunas son además culturales o deportivas y muchas se caracterizan por ser agentes activos en la organización de actividades o eventos de todo tipo. Algunas son pequeñas, con medio centenar de socios; otras, superan los 200; cada una con su ideosincrasia, con sus normas y sus costumbres. De la amplia oferta que suman entre todas disfrutan cada año muchos miles de irundarras comos socios y socias o como acompañantes.
Disfrutaban, habría que matizar, porque hace más de un año que están cerradas. Algunas abrieron unos meses en verano tras el confinamiento, pero enseguida se vieron obligadas a echar de nuevo la llave por un decreto del Gobierno Vasco. Al contrario que la hostelería, las sociedades no han gozado desde entonces siquiera de una apertura limitada y condicionada como la de bares y restaurantes.
«Nos hemos callado durante un año, pero hemos llegado a un punto crítico. Hay cuatro o cinco sociedades de la ciudad en situación muy crítica. Algunas más lo estarán a la vuelta del verano si nada cambia. El resto, de momento, tienen garantía de llegar hasta diciembre, aunque a partir de ahí...» Con esta claridad lo explica la comisión que han creado 31 de las sociedades de la ciudad para buscar soluciones en interlocución con el Ayuntamiento y, si fuera necesario, con otras instituciones. Joxeja Zabalo, Aitor Tembra, Santiago Cabadas, Patxi Marquínez, Jon Karla Vielba y Felipe Sánchez tienen sus respectivas sociedades, «pero aquí no estamos por ayudar a la nuestra; representamos a todas».
Las sociedades
- 31
- sociedades de la ciudad han puesto en común su situación para colaborar y, mediante una comisión de representantes, relacionarse con el Ayuntamiento y otras instituciones. Son, en orden alfabético:Aduana Elkartea, Aldabe, Aldapa, Beti Lagunak, Bidasoako EKT, Casino de Anaka, Casino de Irun, Caza y Pesca, Cicloturista San Marcial, Club Ciclista Irunés, Cofradía del Salmón, Danok Artean, Elatzeta, Elizatxo, Erlaitz Mendi Elkartea, Hegazti, Irungo Atsegiña, Irungo Euskal Kirolak, Irungo Mendizaleak, Irungo Motor Elkartea, Jostallu, Kateko Kirolzaleak, Kurpil Kirolak, La Salle San Marcial, Lagun Artean, Los Perolas, Nabartenea-Batzoki, Peña Bidasoa, Ramuntxo Trinkete Club, Sociedad Gastronómica Rugby Club Irun y Unión Deportiva Uranzu.
Problemas y agravantes
Cuando hablan de «situación crítica» quieren decir que «si no reciben algún tipo de ayuda de forma urgente, algunas sociedades no tienen capacidad de seguir y van a tener que cerrar». Estas entidades, salvo contadas excepciones, tienen dos vías de ingresos, «las cuotas de socio y los consumos. En algunas una tiene más peso y en otras, la otra, sin que se considere mejor una fórmula que otra. Ahora, tras un año de cierre, las que dependen más de los consumos son, obviamente, las que lo están pasando peor».
A partir de ese lugar común hay una larga lista de agravantes. «Algunas sociedades habían hecho obras (propias o de comunidad, exigidas a raíz de una ITE) y en ese momento les sobrevino la pandemia». Esas inversiones se costearon con ahorro (y la cuenta quedó temblando) «o con créditos que ahora hay que pagar. En un caso, la entidad bancaria no le está cobrando las cuotas a una sociedad y va a esperar a que regrese a la actividad. Otras se lo han pedido a sus respectivos bancos, pero no les han concedido aplazamientos».
Los locales, si aún hay una hipoteca pendiente de pago o si hay que pagar un alquiler mensual, han sido también fuente de problemas. Puntualmente, aquí se han conseguido cosas también, como que un propietario aplique una rebaja del 50% mientras la sociedad no reabra. «Pero en la mayoría de casos, nada». Hay sociedades que a finales de 2020 adelantaron la cuota del 21 y que para llegar al próximo diciembre adelantarán ahora la del 22, confiando en que la reapertura llegue antes de tener que pedir la del 23. Otras acudieron directamente a la derrama y alguna ya ha exprimido ambas vías. Varias, además, han subido la cuota.
En este contexto, las bajas de socios se han multiplicado. «No sólo porque la gente no quiera pagar más. Hay familias que no están en la mejor de las situaciones y casos de personas que, después de muchos años sin usar la sociedad, han encontrado en esas medidas la razón definitiva para decidirse a tramitar la baja».
Incluso con los empleados en ERTE, hay gastos fijos (seguros, gas, agua y luz) y «averías y otros problemas derivados de todo este tiempo con los locales cerrados». Así, y aunque la mayoría de las 31 sociedades agrupadas garantizan su continuidad al menos hasta diciembre pese a que no puedan reabrir, «insistimos en que algunas están críticas en este momento. Por eso estamos hablando ahora, por eso estamos trabajando y por eso pedimos ayuda al Ayuntamiento».
No hay comentarios:
Publicar un comentario