El Ayuntamiento de Irun presenta en la Sala Menchu Gal de la ciudad una pequeña, sintética, y elaborada muestra del artista Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924 - Hondarribia, 2014) con motivo de su centenario. Comisariada por Fernando Golvano, la exposición presenta el itinerario abierto entre las artes, el diseño, y la arquitectura desarrollados por este multidisciplinar artista, en el que siempre prevaleció la línea y el dibujo por encima y por debajo de las demás disciplinas.

Néstor dibujaba muchas veces con sus manos sobre el espacio vacío líneas verticales, horizontales y diagonales que luego plasmaba en sus pinturas, diseño gráfico, objetual y arquitectónico, llenos de fuerzas en tensión y en dinamismo, a los que añadía colores fauvistas o espacios cóncavos y convexos, hasta articular con ellos su excelente serie Cosmogonía vasca (1972-77).

En su pintura se advierten ecos de las composiciones planas de Ben Nicholson (1957) y también de Pablo Palazuelo. Pero pronto su dibujo traspasó el plano bidimensional para ocupar un espacio escultórico que va desde sus aperturas livianas a lo Lucio Fontana (1960), hasta sus yugos (1962), eguzki lores (1975), estelas funerarias (1974), cabezas de santos (1969) y obras de marcado acento social y político.

También desarrolló una extensa obra en el diseño de mobiliario objetual y arquitectónico, en el que al decir de algunos especialistas prevalecen en su diseño valores formales, sobre los funcionales y ergonómicos (1957-2000).

Importante ha sido también su producción cinematográfica en obras como su excelente Operación 71 (1963), Pelotari (64), Alquézar (66), y Ama Lur (1966-68).

Miembro de los Grupos Equipo 57 y Gaur, Néstor Basterretxea ha sido entre los componentes de estos grupos vanguardistas, al decir del historiador Juan Plazaola, “un autor que se inmunizará contra las posibles intoxicaciones de la tendencia a lo fácil, a lo superficialmente descriptivo. Su nueva aspiración será la composición de la pureza formal con la profundidad de la significación étnico-social, del constructivismo formal con una temática popular”. Su obra posee siempre rasgos de elegancia. Fineza, compromiso con la realidad de su país, al que amaba profundamente, y al que le regaló lo mejor de sí mismo.