El polígono de Arbes se siente más moderno con su nueva urbanización
Las obras que acaban de finalizar han permitido ensanchar los accesos peatonales, generar nuevos espacios y limitar al máximo los riesgos de inundación en la barriada
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
Parterres de césped con estrechos pasillos para los peatones que serpenteaban entre ellos configuraban el diseño urbanístico del llamado polígono de Arbes, esos bloques de casas ubicados donde termina la trama urbana camino de Ibarla. Esa configuración encajaba mal con los actuales criterios en cuanto a accesibilidad, pero eso no era lo peor. Sus antiguas infraestructuras generaban problemas cuando la lluvia arreciaba y si a eso se le unía que la cercana regata llegaba cargada, se llegaban a dar situaciones más graves, como las inundaciones que afectaron la zona a finales del verano de 2002.
Después de aquéllas, se actuó para renaturalizar el cauce y minimizar las posibilidades de desbordamiento. Desde entonces, este polígono residencial no ha vuelto anegarse, pero su mala recogida de pluviales ha seguido dando quebraderos de cabeza a los vecinos. Ayer, el alcalde, José Antonio Santano, y la delegada de Obras, Cristina Laborda, visitaron la zona para conocer de primera mano el resultado final de los trabajos iniciados el pasado mes de septiembre para reurbanizar el ámbito. «Teníamos un compromiso con estos vecinos para hacer una mejora integral que incluyera la accesibilidad y las infraestructuras», recordaba el primer edil.
Parterres de césped con estrechos pasillos para los peatones que serpenteaban entre ellos configuraban el diseño urbanístico del llamado polígono de Arbes, esos bloques de casas ubicados donde termina la trama urbana camino de Ibarla. Esa configuración encajaba mal con los actuales criterios en cuanto a accesibilidad, pero eso no era lo peor. Sus antiguas infraestructuras generaban problemas cuando la lluvia arreciaba y si a eso se le unía que la cercana regata llegaba cargada, se llegaban a dar situaciones más graves, como las inundaciones que afectaron la zona a finales del verano de 2002.
Después de aquéllas, se actuó para renaturalizar el cauce y minimizar las posibilidades de desbordamiento. Desde entonces, este polígono residencial no ha vuelto anegarse, pero su mala recogida de pluviales ha seguido dando quebraderos de cabeza a los vecinos. Ayer, el alcalde, José Antonio Santano, y la delegada de Obras, Cristina Laborda, visitaron la zona para conocer de primera mano el resultado final de los trabajos iniciados el pasado mes de septiembre para reurbanizar el ámbito. «Teníamos un compromiso con estos vecinos para hacer una mejora integral que incluyera la accesibilidad y las infraestructuras», recordaba el primer edil.
Con todo, «las mejoras más importantes y las más costosas vuelven a ser las que no se ven, las infraestructuras», citó Santano. En este caso, dada la baja cota en la que se encuentra el barrio «el trabajo para renovar las canalizaciones de residuales y pluviales ha sido milimétrico», apuntó Sistiaga. «Hemos mejorado las pendientes y los trazados y renovado los drenajes que existían en los jardines, que estaban en muy malas condiciones».
Aún así, «vamos a seguir vigilando la regata y su entorno», anunciaba Santano. «Hemos hecho todo lo que un Ayuntamiento puede hacer para mejorar la situación, pero la realidad es que ésta es una zona baja y eso no se puede solucionar».
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