Lluvia festiva en la plaza Urdanibia
La alegría y el buen ambiente reinaron en la jornada matinal de la Euskal Jira, a pesar del tiempo desapacible
«Este año no nos hemos librado de la lluvia ni en el Alarde, ni en la Euskal Jira». Fue el comentario más escuchado ayer por la mañana en la plaza Urdanibia, escenario de las actividades organizadas para la fiesta irundarra del primer sábado de agosto. «Algún año toca salir con chubasquero y éste nos ha tocado. ¡Qué le vamos a hacer! Esto no lo podemos programar», decía el presidente de Irungo Euskal Jira, Iñaki Olazabal.
Todo el mundo, entre organizadores y participantes, andaba cruzando los dedos o rezando para que escampase y el desfile de gurdias pudiera celebrarse en seco. «Esta tarde vamos a ir todos con paraguas, pero de sombrilla, porque va a salir el sol», decía mirando al cielo uno de los camareros voluntarios del bar de la Euskal Jira.
Tantas oraciones surtieron su efecto, porque por la tarde no cayó una gota, al contrario que por la mañana, en que la lluvia no dio tregua. Pese a todo, el ambiente de la plaza estuvo muy animado. Bertsolaris, dantzaris y trikitilaris se encargaron de desafiar al mal tiempo y de alegrar a los bidasotarras, niños, jóvenes y mayores, muchos de ellos vestidos de caseros, que se acercaron a la alameda.
Algunas de las gurdias que iban a conformar el desfile de la tarde permanecieron expuestas en la plaza durante toda la mañana, dando así al público la oportunidad de ver con calma y de cerca el trabajo realizado por asociaciones de vecinos y colectivos participantes en la Euskal Jira.
Ruido de motosierras
La exhibición de trabajo en madera con hacha y motosierra, que realizó el equipo de la empresa Sthil, fue una de las actividades matinales que congregó mayor cantidad de público. «Llevamos doce años participando en campeonatos y haciendo exhibiciones por distintos países», comentaba Abel de Vicente, que actuó, a un tiempo, como spiker y competidor en la demostración. «Acabamos de hacer un tour por sudamérica y ahora empezamos la temporada fuerte de actuaciones».
A pesar de la lluvia, Abel de Vicente se mostraba satisfecho con la demostración realizada en Irun. «El día ha estado un poco desapacible, pero creemos que al público le ha gustado la exhibición. Además de demostrar lo que podemos hacer con las máquinas, intentamos dar un poco de show, para que la gente se divierta. Lo que hacemos es algo diferente al deporte de la aizkora, tan tradicional aquí y que exige tanto trabajo».
Manuel Kerejeta, distribuidor de Sthil para la comarca, fue el encargado de traer a la Euskal Jira al equipo de competición de la empresa alemana. «Son gente preparada que andan por todo el mundo», decía. Participan en campeonatos estatales, europeos y mundiales y nos pareció que podía ser una cosa bonita traerlos a la Euskal Jira. Después de verles, creemos que ha merecido la pena».
Mereció la pena, también, como en ediciones anteriores, recorrer el pasillo de los puestos de los artesanos, una actividad que la organización de la Euskal Jira quiere potenciar. El público asistente pudo adquirir productos de alimentación como pasteles, pan y quesos, así como artículos de artesanía en piedra, madera y piel, bisutería y cosmética natural. «Hoy venderemos menos por el mal tiempo, pero aquí estamos, como siempre, porque nos gusta la Euskal Jira», decía Unai, de la repostería artesana Sarrikola de Larrabetzu (Vizcaya). «Esta feria suele acabarse una hora antes que las vizcaínas, porque aquí coméis pronto, como los franceses y para las dos y media ya no queda nadie».
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