Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 7 de Marzo de 2021.
«'Pido un oficial médico y me mandan a una mujer', eso le decían a Nicole»
Virginia Gasull Rescatando y escribiendo historias
Después de mucho tiempo de investigación, ya está en librerías la segunda novela de la escritora irundarra
Querida, Nicole. Esta carta es para ti, no es ninguna equivocación. No sabes quién soy, pero eso poco importa. No te fijes en quién escribe estas líneas, sino en la mujer que ha rescatado tu historia. La mujer que te ha sacado del lado invisible de la historia. Virginia Gasull. Ella es la responsable de que tu nombre esté escrito en mayúsculas. De que tu valentía sirva como ejemplo para otras mujeres. De que tus pasos hayan dejado huella en la historia que estudiarán las próximas generaciones. Nicole Mangin, gracias por haberte enfrentado no solo al horror de una guerra, sino también a la difícil batalla de ser una mujer. Gracias por haber cuidado y ayudado a tantas otras mujeres abocadas al lado oscuro e invisible del mundo y la historia. Virginia Gasull ha hecho una gran investigación y ahora sabemos que el mundo fue un lugar mejor gracias a ti. Junto a esta misiva te envío un ejemplar de su libro, ese que lleva tu nombre como título. Nicole ya está en cientos de librerías y ojalá llegue a cientos de manos. Si puedes, da recuerdos a tu amiga Marie Curie. Por aquí la seguimos admirando y queriendo. Recibe un cálido abrazo desde este lado de la historia. El 2021, el año en el que Virginia Gasull te rescató.
–¿Pero dónde estaba Nicole Mangin para que no supiéramos de ella?
–Estuvo en una parte importante de la historia: en la Primera Guerra Mundial. Vivió momentos históricos, pero durísimos.
–¿Cómo la descubres tú?
–Fue viendo un documental sobre la Primera Guerra Mundial en la televisión francesa. La mencionaron durante 30 segundos contando que fue la única mujer que participó en las trincheras y que siempre iba acompañada de su perro para protegerla de los hombres. Listo. Se me quedó el run-run en la cabeza y pensé que ahí podría haber una historia, así que empecé a tirar del hilo.
–¿Cómo?
–Fue muy difícil porque fue una mujer olvidada por la historia. Nunca tuvo una condecoración ni absolutamente nada, así que empecé a tirar de archivos, de un museo que hay en París y de la Biblioteca Nacional francesa.
–¿Y qué encuentras sobre ella?
–Con la investigación averigüé que Nicole fue de las primeras mujeres en doctorarse en medicina en la Sorbona o de las primeras en divorciarse.
–Fue una pionera...
–En muchas cosas. Se especializó en hacer estudios sobre el cáncer en laboratorio y también sobre enfermedades de transmisión como la tuberculosis. Fue pionera en crear prácticas para evitar la transmisión en París, por ejemplo. Creó dispensarios y organizó grupos de mujeres que iban por los barrios más humildes a explicar a otras mujeres cómo mantener la higiene y también cuidó en ese sentido de las prostitutas de Pigalle. Hizo muchos proyectos a favor de las mujeres y del sufragio. Antes de vivir la Primera Guerra Mundial, ya demostró que era una mujer innovadora.
«Me quedo con lo que me dijo Mertxe Tranche: 'ya la has rescatado y eso es lo importante'» MUJERES
–¿Y cómo termina una mujer en las trincheras de la guerra?
–Con una carta equivocada. El 3 de agosto de 1914 miles de hombres de toda Francia empezaron a recibir una cartulina que era la llamada a filas. Nicole recibió una como esa que decía que en cuatro o cinco días tenía que presentarse en un hospital de los Vosgos. Seguramente, el funcionario de turno confundió su apellido de casada con su nombre y creyó que era un hombre. Ella dudó, pero finalmente cogió su maleta y se plantó en la estación del Este.
–Pero no era un hombre, ¿la aceptaron?
–A primera vista no. Un familiar suyo me enseñó un escrito que dejó el hermano de Nicole antes de morir donde contaba lo que le dijo el capitán al verla llegar. «Pido un oficial médico y me mandan a una mujer». Esto lo tuvo que escuchar Nicole en cada destino, pero ella siempre demostró su capacidad de trabajo.
–¿Dónde has encontrado a un familiar de Nicole Mangin?
–En Verdún. Solo queda él, es un sobrino nieto. Me costó encontrarlo, pero pude hablar con él antes de acabar la novela.
–¿El mismo Verdún de 'La batalla de Verdún'?
–Efectivamente. Nicole vivió momentos terribles durante la guerra como la batalla de Verdún. Fue una carnicería y a ella la pilló en un hospital. Con la ayuda de un compañero, convirtió una camioneta en ambulancia y ella misma desalojó a todos los pacientes. Salió la última y resultó herida, pero nada la frenó. Luego la mandaron al Somme y allí vivió una de las batallas más cruentas de la historia.
–¿Te esperabas todo esto después de esos 30 segundos?
–Sentí que había una historia que contar, pero cada vez que tiraba del hilo salían más cosas interesantes. Por ejemplo, su amistad con Marie Curie. Y me he quedado con ganas incluso de investigar más sobre otras mujeres que coincidieron en su tiempo como Mary Borden, que financiando ella misma montaba hospitales o dos moteras convertidas en conductoras de ambulancias. Hay muchas mujeres increíbles por conocer. Ojalá Nicole sirva de ejemplo a las jóvenes de ahora.
«Le enviaron una carta creyendo que era un hombre y así es como participó Nicole en la guerra» EQUIVOCACIÓN
–Es una novela muy diferente a 'In vino veritas'...
–Creo que mi estilo está ahí, pero sí es muy diferente. Esta historia me ha permitido crecer como escritora y además descubrir a una mujer increíble. Mertxe Tranche al leer la novela me dijo: «ya está, la has rescatado y eso es lo importante». Y tiene razón, Nicole ya no está en el olvido.
–Es tu segunda novela y la primera está en proceso de ser una película, ¿el 2021 puede ser un gran año?
–De momento lo está siendo. Nicole ya está en todas las librerías y desde que 'fiché' con Antonia Kerrigan, una importante agente literaria que lleva a autores como Víctor del Árbol o Espido Freire, estoy muy contenta y bien aconsejada. Tenemos planes de llevar la novela al extranjero y de que Nicole llegue a cuantas más manos, mejor.
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