La liquidación del año 2016 deja un remanente de 5,7 millones de euros
Debido a la Norma de Estabilidad Presupuestaria, el Ayuntamiento queda a la espera de las directrices que marque Diputación para determinar qué hacer con dicha cuantía
- JOANA OCHOTECO
- IRUN
La liquidación presupuestaria de 2016 del Ayuntamiento de Irun ha dejado un remanente positivo de 5,7 millones de euros. El alcalde, José Antonio Santano, informó ayer sobre el balance de las cuentas municipales tras haberlo presentado a la Junta de Portavoces. Uniendo esta cuantía a los resultados positivos de ejercicios anteriores, Irun cuenta con 9 millones de euros disponibles.
«En este sentido podemos estar muy tranquilos, porque tenemos un Ayuntamiento saneado», afirmó el alcalde. Los resultados positivos de este ejercicio se deben «a ingresos extraordinarios que hemos tenido, como alguna subvención que hemos pactado con el Gobierno Vasco», y también a «mejoras en general en el comportamiento de los ingresos del Ayuntamiento». Por otra parte, la deuda del municipio asciende, a 31 de diciembre de 2016, a 23,3 millones de euros. Esta cifra supone poco más del 33% de los ingresos corrientes liquidados el año pasado, lejos del máximo permitido, que podría ascender hasta el 77%.
No obstante, José Antonio Santano se refirió a la «preocupación» que existe en cuanto a «cómo podemos gestionar esos remanentes». En 2012 se aprobó, en el conjunto del Estado, la Norma de Estabilidad Presupuestaria, que limita los gastos de las administraciones locales. En el caso de los ayuntamientos vascos, «esas limitaciones se salvaron a través de una norma foral que establecía una singularidad de los municipios en relación con la aplicación de medidas con carácter general». Dicha singularidad respondía, «sobre todo, a la buena salud económica de los ayuntamientos vascos, el bajo endeudamiento, etcétera», explicó Santano.
Sin embargo, esos criterios territoriales fueron recurridos y una sentencia del Tribunal Superior de Justicia «ha declarado nulos varios artículos de la norma foral». La Diputación de Gipuzkoa presentó un recurso en el Tribunal Supremo que, «finalmente, no ha prosperado».
El alcalde afirmó que, ante esta situación, «nos encontramos con un panorama que nos debe preocupar a todos los ayuntamientos». El hecho de que algunos de los artículos de la norma foral que amparaba la singularidad de Gipuzkoa hayan sido declarados nulos «puede afectar al uso que se pueda hacer de los remanentes positivos, a cómo se confeccionan los presupuestos y se fijan incrementos en las partidas de un año para otro, al funcionamiento de las sociedades públicas...». En lo que se refiere a Irun, en estos momentos el problema es «cómo se pueden utilizar esos remanentes presupuestarios positivos».
«Incertidumbre importante»
Cuando se han producido situaciones similares en ejercicios anteriores, el Ayuntamiento de Irun ha dedicado los remanentes, «inmediatamente, a nuevos proyectos y a poner en funcionamiento mejoras para la ciudad». Pero, en base a las últimas noticias, «ahora hay una incertidumbre importante». El Ayuntamiento queda a la espera de que «se dicten criterios por parte de la Diputación para determinar qué comportamiento podemos tener los municipios con los remanentes, y respecto a todas esas singularidades que se nos reconocían hasta ahora». El alcalde afirmó que «nuestra mayor preocupación es que cambian las reglas del juego».
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