Un dogo alemán es el nuevo actor de la escuela canina de Álvaro Moreno
Se llama Leo, pesa 80 kilos y participa en el rodaje de 'Cuando dejes de quererme'
El adiestrador irunés y sus canes tienen dos películas pendientes de estreno y en el mes de mayo se desplazarán a Asturias para trabajar en una nueva serie
- MARÍA JOSÉ ATIENZA
- IRUN
Días después de concluir su trabajo con dos perros-lobo checos y un pastor vasco en el rodaje de 'Aundiya', la película sobre el gigante de Altzo, Álvaro Moreno recibió una nueva llamada de una productora de cine. Se estaba rodando el film hispano-argentino 'Cuando dejes de quererme', primer largometraje del bilbaíno Igor Legarreta. «Me dijeron que necesitaban un dogo alemán, que es una raza de gran tamaño y además, tenía que ser arlequín, o sea blanco y negro», cuenta Álvaro. «La dificultad era encontrar un perro de esas caracaterísticas y que además fuera capaz de rodar, porque el dogo alemán tiene cierto grado de timidez y hasta de inseguridad algunas veces».
Rodaje en Urkiola
Álvaro Moreno no tardó en acordarse de Leo, un animal de dos años y 80 kilos de peso, al que había entrenado tiempo atrás. «El problema era que tenía que localizarlo. El perro estaba en Zaragoza y hubo que traerlo y prepararlo a marchas forzadas. Yo sabía que Leo serviría, porque está socializado desde cachorro, tiene un caracter muy templado, es muy tranquilo y eso para el cine es fundamental. Mandé su foto a la productora y pasó el casting. Ellos me enviaron el guión y lo preparé aquí, pero sabiendo que, una vez en el rodaje, siempre puede haber variaciones».
Al adiestrador irunés le gusta rodar «con perros que me den seguridad, que hagan lo que yo les pido y que, además, puedan hacer lo que el director me pida a mí, si hay algún cambio. Los cambios son una dificultad añadida, pero me gustan porque la tensión que pasas en ese momento te hace mantenerte despierto en tu forma de trabajar».
La secuencia de 'Cuando dejes de quererme' en la que aparce Leo se rodó en Urkiola, en el interior de una casa. «El perro tenía que salir a mi orden, recorrer un pasillo a paso lento y al llegar a una marca que había en el suelo, pararse de forma natural, mantenerse estático y mirar a la cara al actor Joaquín Climent mientras éste le hablaba. Parece fácil, pero no lo es. Lleva muchas horas de trabajo detrás. La tensión aumenta cuando hay un animal en el rodaje. Una cosa es lo que vemos luego en la pantalla y otra, lo que está ocurriendo allí en ese momento», explica el adiestrador. «El perro está en un lugar extraño, rodeado de gente desonocida que se mueve a su alrededor y hace ruido; hay cables por todas partes y a veces hasta un micrófono sobre su cabeza. Con todo eso, el animal tiene que concentrarse y escucharme sólo a mí o ver mis gestos y actuar como si no pasara nada alrededor». En Urkiola, Leo estuvo «extraordinario en todas las tomas. Se hicieron cinco y se eligió la mejor».
Si a los humanos nos duele que nos hagan 'la cobra' o que nos miren mal, los perros no son diferentes en ese sentido. Perciben al vuelo un gesto de rechazo, por mínimo que sea y en los rodajes se encuentran, a veces, con actores a los que los canes no les resultan simpáticos. «Un actor que sienta miedo o repelús hacia los perros, no ayuda nada en el rodaje», dice Álvaro Moreno. «Si el perro tiene que acercársele y percibe cualquier gesto negativo, genera desconfianza en él y eso va a provocar que no actúe de manera natural».
Es lo que le ocurrió al adiestrador irunés en la película francesa 'Donne moi la main'. «Argi, la perra que participaba en la película, tenía que despertar a un actor que estaba herido. En el guión, debía lamerle la cara y despertarlo, pero el actor no podía con eso. Siempre hacía algún movimiento. Al final, Argi tuvo que olisquearle nada más, sin tocarle. No era lo que el director quería, pero hubo que hacer el cambio».
Un caso muy distinto fue el de 'Aundiya', en el que el actor Eneko Sagardoi era atacado por un lobo. «Se dejó aconsejar al cien por cien. Era una secuencia peligrosa y él mantuvo el tipo para que el perro estuviese bajo ese grado de estímulo de agresión que pedía el director. Yo le dije a Eneko: 'Si pones esa cara, el perro se activa, pero como la cambies, el perro se va a desconectar'. Y el actor lo hizo al milímetro».
Siete películas
Con siete películas en su haber ('La casa de mi padre', 'Rabia', 'Donne moi la main', 'On the Blacktop', '15 años y un día', 'Aundiya' y 'Cuando dejes de quererme', las dos últimas pendientes de estreno), además de varios episodios televisivos y videoclips, Álvaro Moreno tiene un nuevo proyecto de rodaje. «Me han llamado para ir a Asturias en el mes de mayo. Es para trabajar en el rodaje de una serie, pero de momento no puedo decir nada más».
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