Antiguas fotos de Irun adornan las paredes del ateneo Kabigorri
'Irun y sus gentes' una exposición de verano que descubre qué se esconde detrás de los edificios y las calles actuales de Irun
Todo el mundo tiene un hobby, un pasatiempo o una afición. La de José Mari Castilo siempre ha sido la fotografía y prueba de ello su increíble colección de unas dos mil imágenes antiguas. Desde hace años remueve tierra y cielo en busca de todas esas fotos del Irun de ayer guardadas en olvidadas cajas de zapatos. «Es una pena que se pierda este patrimonio, mucha gente no le da valor a las fotografías que tiene y las acaba tirando a la basura», apunta Castillo. Incluso, su impresionante recopilación de recuerdos le ha llevado a escribir media docena de libros donde explica brevemente cada una de las instantáneas: «he querido dar a conocer la historia de cada imagen, dónde se sitúa, el porqué de la foto, etcétera».
Diferentes bares y salas de Irun también han querido lucir en varias ocasiones las imágenes en blanco y negro de Castillo. En esta ocasión, para los meses de verano y hasta el 9 de septiembre, en el ateneo Kabigorri cuelgan alrededor de 50 fotografías. El coleccionista ha querido dividir la exposición en tres partes: una primera de imágenes más generales, pero curiosas, en la que se puede localizar la foto más antigua de la colección datada en 1881 que muestra el antiguo mercado de la plaza Jenaro Etxandia, o la imagen que muestra cómo era el ferrocarril con el que resurgió la ciudad de Irun. La segunda parte hace alusión a muchas de las fábricas que existieron entre los años 1900 y 1950 como Elgorriaga, Montero o la fábrica de cerillas, que empleó a muchísimas mujeres. Y una tercera que recuerda los 80 años del incendio de la Guerra Civil.
«Una de mis favoritas es la de los pescadores cogiendo corrocones bajo el puente Avenida. Incluso, en una ocasión me puse a contar las barcas y creo recordar que había unas 130. También me hace mucha gracia la foto del cuerpo de bomberos, las pintas que llevaban...».
Una exposición interesante y llamativa para todos los públicos, «nunca está de más conocer cómo era el Irun de los antepasados». Una manera divertida de descubrir qué hay detrás, o debajo, de cada edificio actual. Seguro que muchos se sorprenden al descubrir que, por ejemplo, el mercado de San Miguel ha sustituido a un precioso palacete o que Irun tuvo plaza de toros durante 10 años.
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