La chapela grande, otra vez de moda
Un grupo de irundarras ha refundado la Asociación Cultural Chapelaundis del Bidasoa para recoger recuerdos de la comarca
78 años, ni más ni menos, han pasado desde que desapareció la famosa sociedad de los Chapelaundis del Bidasoa. Aquella sociedad, fundada por Pío Baroja en 1918, que se encargaba de recoger, dar a conocer y preservar la cultura y la gastronomía del País del Bidasoa. Un lugar de encuentro para las historias fronterizas, un punto de reunión para la regata del Bidasoa situado en la plaza Urdanibia, donde actualmente está la cooperativa agrícola.
Los chapelaundis, gente de boina grande y de corazón también grande, como se definían ellos, disponían de una surtida bodega y de una buena cocina en la que sentar cátedra sobre el arte culinario. Una asociación especial que contaba además con un automóvil propio para hacer excursiones a Francia y a Navarra y para sus peregrinaciones a los acreditados cotos sidreros de Oiartzun, Astigarraga y Hernani.
En todas aquellas quedadas nacieron numerosas vivencias y anécdotas que «a un grupo de 'salseros' irundarras», como se denominan ellos mismos, les interesa recuperar. Y así lo han hecho. Después de mover unos cuantos hilos, han vuelto a registrar y legalizar en Irun la Asociación Cultural Chapelaundis del Bidasoa. Nace con el objetivo de conservar ese gran archivo de historias a punto de quedarse en el olvido. Juntar a personas mayores, grabarlas y plasmar cada palabra en papel. No importan los temas: contrabando, deporte, pesca, festejos... todo es bienvenido. «En los archivos de Irun puedes encontrar muchas cosas, pero hay otras muchas que no están escritas y que se van cuando la persona protagonista muere. Nosotros lo que buscamos es que no se pierdan más historias y anécdotas de nuestros antepasados, queremos archivar todas y cada una de las vivencias que nos cuentan nuestros familiares, amigos o conocidos del Irun de ayer», cuenta Eugenio Retuerto, presidente de la sociedad.
Junto con Eugenio, los aventureros en lanzarse a la recogida y recopilación de recuerdos son Rafael González Merino, vicepresidente; Manolo Nieto, secretario; Fernando Encina, tesorero; Iñaki Larrañaga, José Ibáñez y Julio Ortega, vocales. Este grupo de irundarras lleva varios años con la idea de intentar unir todo lo que es la regata del Bidasoa, el hipotético País del Bidasoa de Pío Baroja, al igual que hacían los viejos chapelaundis. «Hemos adoptado el mismo nombre, primero, porque el fin es el mismo o similar, segundo, porque la gente que podría dar un empujón a este proyecto casa perfectamente con el lema de los chapelaundis, y tercero, porque es una asociación que hoy en día todavía sigue teniendo repercusión», apuntan.
Una publicación propia
Su intención no es únicamente formar una sociedad en Irun, también pretenden viajar a pueblos de alrededor, como Bera, para enriquecerse con cuentos mientras se comen un buen bacalao. Cada uno de los miembros se encargará de recopilar información sobre un tema en concreto, para así poder crear diferentes secciones: contrabando, Alarde, etcétera. Todas las historias llegarán al público a través de revistas irunesas, de exhibiciones semestrales o anuales, o incluso, si todo saliese bien, de una edición propia que crearían los socios.
Los chapelaundis cuentan con el apoyo de los Ayuntamientos de Irun y de Hendaya. Sociedades como Irungo Atsegina o Aldabe también están dispuestas a ayudar en esta recopilación de recetas, canciones o cuentos antiguos. «Mucha gente quiere participar, tenemos numerosas solicitudes. Incluso, hay varias personas mayores que se han puesto en contacto con alguno de los miembros para contarnos alguna de sus vivencias», comenta Retuerto. A todas aquellas personas que ingresen de aquí a final de año como socios se les considerará como socios fundadores. Los interesados pueden dirigirse al siguiente e-mail: txapelaundis@gmail.com
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