La exposición se podrá visitar hasta el 10 de septiembre. / Ayuntamiento de Irun
La delegada de Cultura, Juncal Eizaguirre, acompañada por los investigadores Mertxe Tranche y Edorta Kortadi, ha presentado la nueva muestra del Centro Cultural Amaia, centrada en la figura de Antonio Valverde ‘Ayalde’.
“La familia Valverde tiene una trayectoria muy importante en la cultura del País Vasco y una fuerte relación con Irun, gracias al legado artístico de nombres como el de Antonio Valverde ‘Ayalde’ cuyo trabajo veremos este verano en el Centro Cultural Amaia o el de Rosa Valverde como pudimos comprobar hace pocos meses en la sala Menchu Gal” , destacaba Juncal Eizaguirre.
La exposición de Antonio Valverde ‘Ayalde’ (1915-1970) quiere recuperar a la figura de este hombre polifacético y su obra en relación a la ciudad de Irun. Valverde fue impresor, pintor, ilustrador, escritor y dinamizador cultural. Su familia tiene relación con Irun desde que Bernando Valverde estableciera su imprenta en el siglo XIX. Su nieto Antonio Valverde realizó numerosas portadas e ilustraciones de la revista El Bidasoa y también colaboró escribiendo artículos. Además, facilitó que importantes escritores colaborasen con la revista.
La exposición está estructurada en tres partes: en la galería se recoge la faceta de Antonio Valverde pintor (retratista, paisajista…) y a través de un vídeo realizado en base a películas que ha facilitado la familia, vemos a ‘Ayalde’ en su entorno familiar, trabajando, pintando, con diversas personalidades de la cultura vasca, etcétera. En la sala intermedia encontramos fotografías familiares y la faceta de Antonio Valverde ilustrador y escritor, en especial en relación a la revista El Bidasoa . Por último en la sala del fondo, se trata de la imprenta Valverde y de los trabajos de Antonio Valverde como escritor para la revista El Bidasoa .
En definitiva, una exposición que se ha podido llevar a cabo gracias a la colaboración de los hijos de Antonio Valverde y en la que se recoge la relación de esta familia con Irun, en general, y de Antonio Valverde en particular. El catálogo recoge textos redactados tanto por Edorta Kortadi como por Mertxe Tranche.
Vida de Antonio Valverde
Antonio Valverde Casas nació en Errenteria el 17 de enero de 1915. Su padre fue Gervasio Valverde Gal, casado con Lola Casas Arregui, oriundos de Irun. Alumno del pintor Ascensio Martiarena, consigue por la calidad de su pintura numerosos premios: en 1933, segundo del Certamen de la VI Semana Vasca de Irun. En 1935 y 1942, primer premio en el Certamen de Noveles de Gipuzkoa. El año 1951 obtuvo gran éxito con su “Olentzero” en la Bienal Hispanoamericana de Arte de Madrid.
En 1940 comienza a trabajar en la empresa familiar: Industria Gráfica Valverde. Por su talento artístico, toma a su cuidado las esmeradas ediciones de la empresa. A lo largo de su vida profesional, Antonio Valverde desarrolló una calidad gráfica de gran nivel en todas las artes: grabado, litografía, linóleo, ilustración, cartelismo, etcétera. Industria Gráfica Valverde se traladó de Errenteria a San Sebastián en el año 1941 y el domicilio familiar estuvo ubicado en el piso alto del edificio industrial, en la entonces Avenida General Mola, 27.
Antonio Valverde adquiere, en el año 1951, un terreno en el valle de Oiartzun donde levanta una villa que llevará por nombre “AYALDE” , seudónimo de Antonio tanto en las artes plásticas como en las literarias.
Entre los años 1952 y 1964 colaboró activamente escribiendo artículos en el semanario El Bidasoa y en otras muchas publicaciones; parte de estos artículos se recogen en el libro Con fondo de chistu .
A lo largo de la década de los sesenta, Antonio Valverde es considerado como un agente de la cultura vasca de primer orden: publicista, editor, ilustrador, conferenciante, director gerente de una empresa en pleno auge, artista plástico… Otro aspecto relevante de la sintonía de ‘Ayalde’ con la vanguardia es el hecho de haber sido el presentador del manifiesto del grupo Gaur en la Galería Barandiarán de San Sebastián en 1966, leyendo la conferencia “Euskal- eskolari buruz”. Le unía una gran amistad con Jorge Oteiza; así en el semanario El Bidasoa escribirá “Comentario a la carta de Oteiza” (1958).
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