Nodrizas, pastores y chocolate Elgorriaga
Irun disfrutó del desfile de inude eta artzainak que recorrió el centro de la ciudad. Personajes de lo más variopinto llenaron de color y diversión la comparsa organizada por Eraiki Dantza Taldea
Hay muchos desfiles de inude eta artzainak, cada uno con sus peculiaridades, y también el de Irun tiene sus propias señas de identidad: tres bicicletas de época de Chocolates Elgorriaga que participaron ayer en la comparsa dejaban constancia del espíritu irundarra en el acto organizado, un año más, por Eraiki Dantza Taldea.
Fueron parte de los personajes, de lo más variopinto, que bailaron por las calles del centro de Irun. Entre nubes y claros, y con alguna lluvia ocasional, la numerosa comparsa desfiló a mediodía desde la calle Santiago hasta la plaza San Juan: una tropa de pequeños nodrizas y pastores abría la comitiva, ellas con sus bebés, que lanzaban al cielo cada pocos pasos, y ellos con sus makilas. Tras ellos, la txaranga que marcaba el ritmo y, justo detrás, una comitiva de época en la que no faltó nadie: más nodrizas portando carros clásicos con bebés, alguno de carne y hueso; médicos y enfermeras con jeringuillas de tamaño XL, barquilleros que ofrecían al público un dulce almuerzo, curas, monjas y hasta un obispo que bendecía a los irundarras; militares llamando al orden con sus cornetines, dos arrantzales portando una txalupa, el cartero y un grupo de mujeres portando cestos de flores entre las que destacaban los ramilletes de mimosas, que dan testimonio de una primavera que cada vez está más cerca. El desfile lo cerraron otro grupo de nodrizas y pastores.
Baile en la plaza San Juan
El público acompañó a la comparsa de inudeak eta artzainak durante todo el desfile, y se congregó en la plaza San Juan, frente al Ayuntamiento, durante la primera parada de la comitiva: los dantzaris de Eraiki hicieron disfrutar a los irundarras con una actuación.
Tras apenas unos minutos de descanso, la comitiva volvió a reunirse y desfiló por las calles Mayor y Fueros hasta el paseo de Colón, librándose de la lluvia en este tramo del recorrido: las gotas de agua bendita que salían del hisopo agitado por el obispo fueron lo único que mojó al público. La comparsa continuó su recorrido hasta la plaza del Ensanche, donde ofrecieron una nueva actuación con el acompañamiento de la banda del Conservatorio de Irun.
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