Más de una decena de migrantes siguen acampados en Lakaxita
El Consistorio afirma que desconoce la situación exacta al no disponer de datos oficiales
JON GUEZALA - Viernes, 21 de Septiembre de 2018 - Actualizado a las 06:03h
Lakaxita cuenta estos días con un toldo y tiendas de campaña que dan refugio a los migrantes.
IRUN- El gaztetxe irundarra de Lakaxita sigue albergando a más de una decena de migrantes desde agosto, a causa de los férreos controles de la Gendarmería francesa que impiden que continuen su tránsito por Europa. Aunque algunos de ellos ya han conseguido atravesar la frontera, cada vez son más los que han agotado los recursos que las instituciones ponen a su disposición.
Jesús Bengoetxea, miembro de la red de apoyo a migrantes de Irun que desde el pasado mes ayuda a cubrir las necesidades de las personas en tránsito, declaró ayer a este periódico que, ante el cierre de la frontera francesa, los recursos que las instituciones facilitan son insuficientes. “El albergue de Martindozenea solo da servicio de tres a cinco días, en función de la vulnerabilidad de la persona. Después de eso se tienen que buscar la vida. Ese periodo de tiempo es muy limitado teniendo en cuenta las dificultades con las que se encuentran a la hora de llegar a Francia”, explica Bengoetxea.
DEVOLUCIONES EN CALIENTEEl voluntario también denuncia la práctica de devoluciones en caliente por parte de los gendarmes. “A los que no tienen papeles los dejan tirados en las inmediaciones de Ficoba. Uno de ellos volvió con una clavícula rota y aún está en rehabitilación”, asevera Bengoetxea. Asimismo, lamenta que los “derechos humanos más básicos” tengan que estar siendo asegurados por “la buena voluntad de la sociedad civil”.
Cada vez son más los migrantes que han agotado los recursos que otorgan las instituciones y no pueden continuar su camino
Jean-Claude Boumtjol, originario de Camerún, es uno de los migrantes que lleva más de dos semanas en Lakaxita y también sufrió una devolución en caliente. “Me bajaron del autobús y ni siquiera me dejaron coger mi equipaje”, narra Boumtjol.
Además, desde Lakaxita aseguraron que ni Sergio Corchón, delegado municipal de Bienestar Social, ni ningún técnico se han acercado para comprobar la gravedad del asunto de primera mano.
Por su parte, el Ayuntamiento de Irun reconoció ayer que no conoce la situación exacta en las que se encuentran las personas alojadas en Lakaxita al no haber recibido ningún dato confirmado por parte de ninguna institución. Por otro lado, el alcalde, José Antonio Santano, explicó que existe un dispositivo interinstitucional del que el Consistorio forma parte y que se reúne todos los viernes para tratar de encontrar soluciones.
El primer edil de la localidad destacó que de las 60 plazas de las que dispone el albergue de Martindozenea solo unos 20 están siendo ocupadas estos días, por lo que valoró que el recurso “está funcionando”. “Si tenemos que dar una respuesta para estancias más largas, quiero recordar que el Gobierno Vasco ha tomado la decisión de crear centros en Gipuzkoa y Bizkaia con ese fin”, aseguró Santano, tras afirmar que la vocación de la institución en este asunto es el de “colaborar en la medida de lo posible”.
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