Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 3 de Marzo de 2021.
«Nuestra premisa es trabajar con los adolescentes hablando su mismo idioma»
El programa de Medio Abierto funciona en la ciudad desde hace más de 20 años y se coordina con el Gazteleku y otros servicios para jóvenes
Los técnicos del Programa de Medio Abierto, conocidos también comoeducadores de calle, empezaron a trabajar con adolescentes en dos puntos concretos de la ciudad hace 22 años. Desde entonces, a la vista de los beneficios que aporta este servicio, se ha ido ampliando a prácticamente cada zona de la ciudad.
El nuevo delegado de Bienestar Social, David Nuño, se reunió con algunos de los responsables del programa para repasar la situación de esta iniciativa y las estrategias de trabajo. «Se trata, principalmente, de trabajar con los jóvenes y adolescentes hablando su mismo idioma», apuntaban desde el equipo de educadores de Kabia Elkartea, la asociación que gestiona el servicio.
«Es un programa que se define por estar donde están los jóvenes, por estar en 'su' territorio», apuntaba Nuño. «Se busca dar respuestas educativas partiendo de la escucha activa». Para eso, se plantea una relación cercana entre educador y joven que debe establecerse en el entorno de éste, en su marco de referencia natural. El educador, a través de la escucha activa y la aceptación del adolescente, se convierte en un referente adulto.
Acompañar en la maduración
El programa persigue fines concretos para cada caso, para cada persona con la que se trabaja, pero existe un marco general de objetivos en el que la idea principal es propiciar que los adolescentes con mayor dificultad puedan integrarse en contextos y recursos normalizados y que desarrollen competencias, conocimientos, actitudes e intereses partiendo de lo que el educador les ofrece tratando de adaptar los recursos de la comunidad a las necesidades de los adolescentes.
Todo el trabajo de los educadores con los jóvenes parte de una premisa clara: «tenemos que escuchar y apoyar al adolescente en la formulación de sus demandas y necesidades». Así, los monitores pueden convertirse en referentes y modelos a la hora de acompañar al adolescente en su maduración y proceso de desarrollo, fomentando sus capacidades para desenvolverse en su entorno y ayudándole a generar las herramientas para relacionarse en el marco familiar y el escolar.
Acercar a los adolescentres a los recursos existentes en la comunidad consolida los procesos de maduración del grupo y permite orientarlohacia alternativas que favorecen vivencias positivas. Además de potenciar su participación en los recursos y servicios existentes, se trabaja en que cada grupo autogestione su tiempo libre.
Esos recursos comunitarios (ya sean los propios centros escolares, ya servicios municipales como los programas para adolescentes, las ludotecas o el Gazteleku) juegan un papel «indispensable en el programa», valoraba Nuño, que destacaba el valor del «trabajo conjunto con todos los agentes de la comunidad en clave de co-responsabilidad».
El acompañamiento a los jóvenes en diversos aspectos de su maduración es una de las ramas del I Plan de Infancia y Adolescencia que el Pleno del Ayuntamiento acaba de aprobar y que hoy detallará el delegado de Juventud, Santi Jiménez.
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