La vieja Oiasso, cada vez más real
Con la Semana Santa se ha reforzado el programa de visitas guiadas a la colección permanente que desde que se inauguró no ha dejado de crecer y mejorar
La aplicación de realidad aumentada es la última incorporación del museo para acercar la polis romana
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
Con el repique de las campanas del Juncal inició el viernes Juanjo Jiménez, guía del Museo Oiasso, la visita guiada por la instalación. Con motivo de la Semana Santa, se han programado desde el museo actividades extra, como estos recorridos con guía que esta semana y la que viene permiten a quien lo desee apuntarse para conocer el propio museo (viernes a las 12.00), la necrópolis de la ermita de Santa Elena (sábado a las 11.00) y el entorno minero de Irugurutzeta (hoy, mañana y el domingo próximo, a las 11.00). En todos los casos, el precio es de 5,40 euros por persona.
El viernes en Oiasso se reunió un grupo nutrido, casi una veintena de personas, para descubrir, redescubrir en alguno de los casos, el Irun de hace veinte siglos.
Reconstrucción digital
En algunos aspectos, el Museo Oiasso sigue siendo igual que cuando abrió hace casi once años, pero en otras muchas cosas, ha evolucionado. La colección ha ido incorporando piezas y también se ha mejorado la información que ofrece al visitante, bien porque se ha ido aumentando el conocimiento sobre la antigua Irun, bien porque las nuevas tecnologías han aportado soluciones que hace una década ni si- quiera se podían plantear.
La última innovación es una aplicación instalada en la tableta del guía que se usa en los ventanales de la fachada trasera del museo. Una vez iniciada y ajustada permite enfocar la cámara hacia la tejavana que protege los restos de las termas romanas para que en su pantalla se superponga sobre esa imagen una reconstrucción digital. Es lo que se conoce como 'realidad aumentada' y que, en el caso del museo, sirve de perfecta herramienta no sólo para que el visitante 'acceda' a lo que hay bajo la cubierta protectora, sino para que el guía pueda dar una explicación mucho mejor de cómo eran esas termas, cómo funcionaban y cómo se usaban. Una información que, por cierto, es de las que se ha ido ampliando y concretando desde que el museo se puso en marcha.
«La aplicación me ha gustado mucho», decía Antonio. Formaba parte de un grupo venido desde Estella y que copaba la mitad de la visita guiada de ayer. «Pero con sólo una tablet no se termina de disfrutar. Creo que lo suyo sería una pantalla más grande que estuviera en el sitio y se pudiera girar un poco, pero que la pudiera manejar el visitante». No andaba desencaminado Antonio, pues ya había comentado Juanjo Jiménez durante la visita que este sistema para usar la aplicación era temporal a la espera de que se instale el que se considera adecuado.
Los visitantes venidos desde Estella estaban en Irun «expresamente para ver el museo, aunque una vez aquí pasaremos el día en la ciudad y, si nos da tiempo, iremos a Hondarribia». El plan incluía también una visita guíada a la necrópolis de Santa Elena, ésta encargada 'ad hoc' ya que la visita abierta iba a ser al día siguiente. «Nos gusta mucho conocer sitios como éste. Hay muchos a nuestro alrededor, sin tener que irnos muy lejos». Pese a su experiencia en yacimientos y museos, «ha habido cosas durante la visita que eran nuevas para mí. Toda la parte relativa a la actividad portuaria y pesquera de los romanos, por ejemplo, no la conocía. Me ha parecido muy interesante».
Nuevos contenidos
También le gustó la parte relativa al encuentro de la cultura indígena con el mundo romano. En esto, el Museo Oiasso ha realizado un esfuerzo evidente de mejora. Siempre lo tuvo presente como elemento esencial de su relato, porque al contrario que en otros lugares, la relación aquí no fue básicamente bélica.
Lo cierto, sin embargo, es que Oiasso trataba el asunto quizá desde una perspectiva demasiado romana y podría echarse en falta algo más de información sobre la cultura que ya existía en la zona antes de que en el siglo I se produjera la llegada de Roma. Eso se ha subsanado con nota gracias a la sala Impacto. Una pantalla táctil presenta un audiovisual que puede atenderse en distintos idiomas y que concede al visitante un contexto general de la situación de estas tierras. Llegan después dos preciosas maquetas. Una representa un poblado autóctono tipo, fortificado y en lo alto de una loma; la otra, una vivienda de ese poblado que está acompañada de botones para lanzar en la pantalla que tiene encima vídeos explicativos sobre cómo era la vida de aquellas gentes. Algunas piezas completan la sala, incluida una canoa monóxila, construida por Albaola respetando fielmente el estilo de las que poblaban en el siglo I el puerto de Oiasso. Ese puerto que, en el piso inmediatamente superior, sigue siendo el gran final de la visita.
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