El delegado de Hacienda explicó que cuando las cuentas municipales se aprobaron en diciembre «no podíamos contar con este dinero. Al cerrar el ejercicio 2016, en el mes de marzo, es cuando supimos el remanente del que disponíamos por los ahorros producidos y los ingresos no previstos. Estos años se ha convertido en una dinámica habitual: un presupuesto a final de año y una modificación potente hacia la mitad». Quizá no es lo ideal, «pero es cierto que es una buena noticia, porque significa que las cosas económicamente están yendo bien en el Ayuntamiento». También apuntó que la recaudación foral este año «parece ir bien y eso nos da tranquilidad».
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