24 años desde la firma del traslado de las instalaciones deportivas de Plaiaundi
El año que viene, 2019, se cumplirán las bodas de plata de la entrada en vigor del Plan Especial para la Protección y Ordenación de los Recursos Naturales del Área de Txingudi. En este documento, firmado por el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y los Ayuntamientos de Irun y Hondarribia, entre otros puntos para la restauración ecológico-medioambiental de la desembocadura del Bidasoa, ya aparecía el traslado de las instalaciones deportivas de Plaiaundi a otro emplazamiento fuera del área protegida por el Plan Especial.
En junio de 2013 se aprueba mediante decreto del Gobierno Vasco, la obligada normativa de gestión de este espacio bajo las dos figuras de protección de la Red Natura 2000 europea (ZEPA y ZEC) donde, entre otras actuaciones de obligado cumplimiento, aparece la restauración a ecosistema de estuario de las 2 has. que ocupan el campo de rugby y las pistas de atletismo. Con el fin de alcanzar un estado de conservación FAVORABLE, esta medida debe estar ejecutada en el plazo de 6 años desde la aprobación del citado documento de gestión, es decir: junio de 2019
Hasta junio de 2013, el desmantelamiento de las actuales instalaciones se supeditaba a la construcción de unas nuevas que las sustituyeran pero, a partir de esa fecha, la obligación ineludible ante la Comisión Europea es la restauración de ese espacio, sin depender de que se hayan construido, o no, unas nuevas instalaciones deportivas en otro emplazamiento.
Que, a solo un año del plazo fijado en el documento de gestión de la RN 2000, las instalaciones deportivas de Plaiaundi sigan allí y ni siquiera se haya dado un solo paso efectivo para la construcción de unas nuevas que las sustituyan, es consecuencia de la inacción, por incapacidad o falta de voluntad, de los sucesivos gobiernos municipales de Irun.
Desde las instituciones, se acostumbra a decir que se ha hecho mucho en Txingudi y, en buena medida, es cierto pero, en este asunto de las instalaciones deportivas, lo que se ha hecho es “marear la perdiz” malgastando tiempo y dineros, proponiendo incontables reubicaciones para no llegar a ninguna solución.
¿Qué opción va a escoger el ayuntamiento de Irun, desafiar al Gobierno Vasco y a la Comisión Europea obstaculizando, como hasta ahora, la restauración de Plaiaundi o dejará sin instalaciones municipales a los usuarios de las mismas, clubs deportivos y deporte escolar?
Como el mal estudiante que no estudia durante el curso (de nada menos que 25 años) y que ni siquiera se esfuerza en el último tramo, no podrá refugiarse en culpas ajenas por suspender el examen final.
Bidasoaldeko Lagunak
En junio de 2013 se aprueba mediante decreto del Gobierno Vasco, la obligada normativa de gestión de este espacio bajo las dos figuras de protección de la Red Natura 2000 europea (ZEPA y ZEC) donde, entre otras actuaciones de obligado cumplimiento, aparece la restauración a ecosistema de estuario de las 2 has. que ocupan el campo de rugby y las pistas de atletismo. Con el fin de alcanzar un estado de conservación FAVORABLE, esta medida debe estar ejecutada en el plazo de 6 años desde la aprobación del citado documento de gestión, es decir: junio de 2019
Hasta junio de 2013, el desmantelamiento de las actuales instalaciones se supeditaba a la construcción de unas nuevas que las sustituyeran pero, a partir de esa fecha, la obligación ineludible ante la Comisión Europea es la restauración de ese espacio, sin depender de que se hayan construido, o no, unas nuevas instalaciones deportivas en otro emplazamiento.
Que, a solo un año del plazo fijado en el documento de gestión de la RN 2000, las instalaciones deportivas de Plaiaundi sigan allí y ni siquiera se haya dado un solo paso efectivo para la construcción de unas nuevas que las sustituyan, es consecuencia de la inacción, por incapacidad o falta de voluntad, de los sucesivos gobiernos municipales de Irun.
Desde las instituciones, se acostumbra a decir que se ha hecho mucho en Txingudi y, en buena medida, es cierto pero, en este asunto de las instalaciones deportivas, lo que se ha hecho es “marear la perdiz” malgastando tiempo y dineros, proponiendo incontables reubicaciones para no llegar a ninguna solución.
¿Qué opción va a escoger el ayuntamiento de Irun, desafiar al Gobierno Vasco y a la Comisión Europea obstaculizando, como hasta ahora, la restauración de Plaiaundi o dejará sin instalaciones municipales a los usuarios de las mismas, clubs deportivos y deporte escolar?
Como el mal estudiante que no estudia durante el curso (de nada menos que 25 años) y que ni siquiera se esfuerza en el último tramo, no podrá refugiarse en culpas ajenas por suspender el examen final.
Bidasoaldeko Lagunak
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