miércoles, 27 de julio de 2022

«La llegada a la plaza del Obradoiro fue súper bonita, me encantó»

Noticia publicada en Diario Vasco,el martes día 26 de Julio de 2022.

«La llegada a la plaza del Obradoiro fue súper bonita, me encantó»

El abuelo Josin prometió hace años a sus nietos que realizarían juntos y a caballo el Camino de Santiago


 Jon, Josin y Jakes suelen montar juntos a menudo, y el año que viene les gustaría repetir la aventura del Camino de Santiago . / F.DE LA HERA
 
ANIA M. SEISDEDOS

Jakes Txapartegi se convirtió el pasado mes de abril en la primera persona ciega en entrar a caballo a la plaza del Obradoiro, tras haber realizado las últimas etapas del Camino de Santiago. Entre quienes le acompañaban se encontraban su hermano Jon y su aitona, Josin Galzacorta, quien años atrás había prometido a sus nietos que vivirían juntos ese momento. Hoy los tres reviven una experiencia que sin duda recordarán siempre.

–Jakes, ¿cuándo comenzasteis tu hermano y tú a montar a caballo?

–Empezamos en la hípica de Jaizubia cuando yo tenía siete años y Jon cinco. Cuando pasamos a poni lo dejamos y empezamos a montar con el attona en el caserío de Lesaka, donde tenemos cuatro caballos.

–Josin, hace un par de años que querías haber cumplido la promesa que les hiciste, pero la pandemia lo retrasó todo, ¿verdad?

–¡Y menos mal! Porque si esta vez Jakes iba a cumplir 13 en un mes y Jon acababa de hacer los 11, y aun así todo el mundo me decía que estaba loco, ¡imagínate con 8 y 10! (Ríe).

–Desde luego, tus nietos son muy valientes. Jakes, ¿me cuentas dónde comenzó esta aventura?

–En Sarria, en Lugo. El primer día hubo bastante lío, porque los caballos los alquilamos allí y les faltaba un poco de calentamiento, porque llevaban meses sin montar. Nos costó subirnos, estábamos todos un poco nerviosos, hubo bastante tensión porque tres personas se cayeron... Pero luego ya cogimos confianza. 


 

–Jon, he oído que tu caballo se llamaba Tormenta.

–Bueno, hubo muchos cambios. El primero era Moreno, luego Pecas, luego Tormenta y para entrar a la plaza monté a Rufino.

–Y tú, ¿Jakes?

–Yo solo llevé a Boneca, una yegua.

–Además de vosotros, en el grupo estaban vuestra prima, Lucía Cárdenas, de doce años, y seis adultos más, ¿verdad?

–(Jakes): sí. Delante de mí iban el tío Paco Carrillo, Pilar y Mercedes, para orientarme, y detrás Nekane, que me iba guiando y explicando por dónde pasábamos. Por ejemplo, pasamos por muchos poblados pequeños con casas, y yo lo notaba porque el casco del caballo resonaba. Y olía mucho a eucalipto, eso me ha gustado mucho. Aquí huele más a pino.

–Josin, ¿cuántos días tardasteis en llegar a Santiago?

–Seis. Comenzamos un poco antes de Sarria e hicimos unos 120 kilómetros. Montábamos unas seis horas al día.

–Jon, ¿qué fue lo que más te gustó del recorrido?

–El primer día por la tarde, justo después de todo lo que pasó, me gustó mucho porque ya le cogí confianza al caballo. Y tengo una anécdota que fue que una vez me caí, pero caí bien y salté para que el caballo no me diera una patada. Y en otra ocasión el caballo de Jakes le dio una patada al mío, que empezó a saltar y me tuve que tirar, pero no me hice daño.

Camino francés

«Salimos de Sarria, en Lugo, y realizamos 120 kilómetros. Montábamos unas seis horas al día»

–Así que Boneca era un poco traviesa...

–(Jakes): a mí me pasó, llegando al monte Do Gozo, cerca de Santiago, que cuando paramos había un bordillo bastante grande y Boneca lo saltó, lo subió. Pero no me caí, conseguí agarrarme.

–Jakes, ¿cómo viviste la llegada a Santiago?

–Fue súper bonita, me encantó. Estaba esperándonos nuestra familia, la consejera de Turismo y del Xacobeo de Galicia; también el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago y el presidente de la ONCE. Y además nos hicieron algunas entrevistas.

–¿Y tú, Josin?

–Las otras cuatro veces que he entrado al Obradoiro a caballo me he emocionado, pero esta vez ha habido lágrimas. Ha sido terrible, era algo que esperábamos mucho, que vivíamos mucho. Ellos me lo reclamaban; de hecho, Jakes me dijo «attona, te estás haciendo muy mayor, como no lo hagamos pronto...» (ríe). Y ahora quieren que lo hagamos otra vez.

–¿Así que vais a repetir?

–(Josin): el año que viene, si la salud lo permite, lo haremos otra vez. Quizá otro camino, porque este año hemos hecho el francés, y que sea poquito más largo.

–Mientras tanto, ¿seguiréis montando por aquí?

–(Josin): sí, tenemos cuatro caballos en Lesaka entre nueve personas y los fines de semana siempre vamos y montamos dos o tres horas. Y ahora en verano iremos más. Yo suelo ir detrás de Jakes y le voy guiando, indicándole si debe ir a la izquierda o a la derecha, avisándole si se tiene que agachar porque hay una rama, etc. Aunque yo siempre digo que a estos les gusta más el aperitivo de después que montar (ríe).

–(Jakes): attona, y a ti ¿qué te gusta más? (Ríen, y el attona responde que lo que más le gusta es ir con ellos dos).

Orgullo de abuelo

«Las otras veces que he llegado a Santiago me he emocionado, pero esta vez ha habido lágrimas»

–Jakes, Jon, ¿qué es lo que más os gusta de montar?

–Galopar. Aunque en Galicia no pudimos galopar casi nada, porque había demasiada gente.

–Además del caballo, ¿qué otras aficiones tenéis?

–(Josin): Jon nada en el Bidasoa y hace poco batió el récord de Euskadi, que llevaba desde el 2015. Y Jakes toca el piano y el 17 de septiembre va a acompañar a un coro de Madrid.

–Se te ve orgulloso.

–Estoy muy orgulloso. Y después de este viaje más, porque yo sabía que se iban a portar bien, pero se han portado de nota.

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