La oficina de Erletxea ha recibido 46 consultas desde su apertura en enero
El punto de información sobre ayudas sociales, además de estas atenciones presenciales, ha tramitado otras cuatro, vía correo electrónico
- JOANA OCHOTECO | IRUN.
La oficina de Erletxea, que abrió sus puertas a mediados de enero de 2014, ha recibido 46 consultas en sus primeros cuatro meses de andadura. Este punto de información sobre ayudas sociales está ubicado en el número 5 de la calle Mayor.
Según explica el equipo de Erletxea en este primer balance de su actividad, «la tónica general ha sido la diversidad en los casos y las situaciones» atendidas en el punto de información.
«Se pueden extraer algunas conclusiones comunes de las que la mayoría, tenemos que decir, han sido negativas». Entre éstas, los integrantes de Erletxea citan «la falta de información y, sobre todo, la constatación de los excesivos requisitos que hacen que la mayoría de las personas no puedan acceder a ninguna de las ayudas a pesar de sus situaciones personales».
De las 46 consultas atendidas de forma presencial, en la propia oficina, 25 correspondieron a mujeres (el 54,35%) y 21 a hombres (45,65%). En cuanto a las franjas de edad, las mayoritarias han sido las de mayores de 40 años y mayores de 65, que han supuesto casi la mitad de todas las consultas (un 43,48%). Analizando los datos según la actividad laboral, «como era de suponer, el mayor porcentaje ha sido la de las personas en situación de desempleo, con un 52,17%», explica el colectivo Erletxea.
En cuanto a las unidades convivenciales de quienes han acudido a la oficina de información, la mayoría eran de una única persona (el 41,30%), seguida por las unidades convivencias de tres (el 32,61%) y dos personas (15,22%).
A todas estas consultas que se realizaron de forma presencial hay que sumar otras cuatro tramitadas vía correo electrónico.
Durante estos primeros meses, desde Erletxea «hemos constatado una falta de información o una información sesgada o incorrecta» por parte de los consultantes. «Por lo general, la sensación ante las ayudas sociales y sus requisitos es la incomprensión de que en este momento, y cada vez más, debido a la precariedad laboral y el desempleo, sea más difícil acceder a estas ayudas». Erletxea cita «dos cosas que resultan difíciles de comprender para las personas que han pasado por la oficina: todo lo relacionado con el empadronamiento y las cuantías topes en los ingresos. En estos momentos muchas personas, ya con una edad, se ven obligadas a volver al hogar paterno-materno. Esto implica que se valorará a todas las personas que formen parte de esa unidad de convivencia y sus ingresos, con lo que a poco que alguna persona, o la suma de varias personas de esa unidad disponga de ingresos esta persona queda a expensas de la familia, perdiendo totalmente su autonomía personal». Otras situaciones complicadas se dan, por ejemplo, en familias compuestas por una pareja y uno o dos hijos, en las que dispongan de unos ingresos mensuales de alrededor de 1.000 euros: «no tienen derecho a una RGI pero la realidad es que después de pagar gastos como la luz, el agua, vivienda, etcétera, lo que resta puede no ser suficiente para completar todas las demás necesidades».
Los indicadores «no son nada halagüeños», señala Erletxea, que recuerda datos como la tasa de desempleo en Irun (actualmente del 18,2%), o los aumento de las solicitudes de Ayudas de Emergencia Social que tramita el área Bienestar social y del número de personas que acuden al comedor social. La conclusión de Erletxea es que «cada día son más las personas que no pueden o les cuesta más cubrir sus necesidades básicas. Es chocante que el acceso a las ayudas sociales resulte en ocasiones inalcanzable y que la información que se debería dar es o nula o incompleta. Los requisitos actuales son insalvables para amplios sectores de la población», denuncian.
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