La inteligencia competitiva busca abrir la mente de las empresas
Veinte pymes locales han participado en cuatro talleres organizados por Bidasoa Activa donde se les ha enseñado las 'armas' de las grandes
- JOSEBA ZUBIALDE
- IRUN
Imagínese que es una empresa de poco más de 50 trabajadores dedicada a la fabricación de piezas de automoción. Su función es sencilla: recibe los planos enviados por la marca de automóviles, fabrica la pieza y entrega en el plazo acordado. Pero, ¿y si aplicara la inteligencia competitiva? «Si la empresa se preocupa en saber el lugar exacto dónde va colocado ese elemento, la fuerza a la que es sometido, su desgaste con el uso... Con toda esa información, cuando vuelva a recibir un encargo del cliente podrá decirle si el diseño es correcto o cómo mejorarlo. Así, puede que la próxima vez que la marca diseñe una pieza descuelgue el teléfono, llame a esa empresa y le diga 'tengo una pieza nueva, ¿le echáis un vistazo a los planos por si se puede mejorar?'».
Esa es una forma en la que un taller de toda la vida puede darle un «valor añadido a su actividad», asegura Jon Núñez, del centro tecnológico Ideko, y que ha intentado transmitir esa filosofía de trabajo en los últimos meses para «intentar cambiar el chip y que abran su mente» a veinte firmas de la comarca. Organizados por Bidasoa Activa, en colaboración con la Diputación de Gipuzkoa, los cuatro talleres han buscado «acercar» la inteligencia competitiva a las pequeñas y medianas empresas locales, un concepto que se define como «el proceso de recopilación y análisis de información relevante», explicó el vicepresidente de la agencia de desarrollo Juan Mari Altuna.
Los talleres se han centrado en tres ámbitos: tecnología, competencia y mercado. Los encuentros, en los que también han participado los centros tecnológicos Lortek y Tekniker, han sido «totalmente personalizados». Antes de iniciar el programa se preguntó a las empresas «sobre cuáles eran sus necesidades y áreas de interés», explicó el presidente de Bidasoa Activa, Miguel Ángel Páez. En ese sentido, destacó que la utilidad de la inteligencia competitiva radica en la «visión global» que aporta y confió en que sirva a las empresas para «identificar a tiempo las señales de cambio y las iniciativas que hay que tomar para innovar».
Miedo a las patentes
Durante estos meses Núñez y sus compañeros han tratado de «demostrar que si la inteligencia competitiva se hace bien, los resultados son mejores». Uno de los asuntos relacionados con la tecnología ha sido el de las patentes. «Les hemos querido quitar el miedo que les tienen porque tienden a pensar que el mundo de la propiedad intelectual es para empresas más grandes». Una 'leyenda urbana' entre pymes que rápidamente desterraron de las mentes de estas veinte empresas «demostrándoles que la vigilancia de patentes, si se realiza bien acotada, puede generar un trabajo mínimo y unos resultados interesantes». Para facilitarles el trabajo en ese sentido, los centros tecnológicos les han mostrado y facilitado herramientas para ello, con lo que los encuentros han propiciado también la «transferencia de conocimiento» entre ambos.
Las empresas participantes en el programa se mostraron muy contentas tras su participación en los talleres. En el caso de Kapa Perfiles, estos encuentros les han permitido «sistematizar y dotarnos de instrumentos -los aportados por los centros tecnológicos- para poder realizar procesos de inteligencia competitiva de una manera más estructurada», explicó Koldo Laguardia, en representación de la firma. «Las pymes tenemos que ser ágiles, flexibles para crecer y competir», y destacó que en ese sentido la inteligencia competitiva «nos aporta instrumentos para lograrlo y nos permite desarrollarnos».
Por su parte, Oier Izaguirre, de plásticos Alai, explicó que en su caso llevan algún tiempo «haciendo algunas pequeñas cosas muy básicas en cuanto a materias primas y materiales, estos talleres nos han venido muy bien para abrir el abanico y nos han dado muchas ideas que ni siquiera se nos habían pasado por la cabeza para hacer lo mismo con la competencia o el mercado».
El jefe de servicio del departamento de Innovación y Desarrollo Económico de la Diputación, Joseba Amundarain, hizo hincapié en que «hay que saber llevar la información relevante obtenida con la inteligencia competitiva para la toma de decisiones en la empresa. Es de lo que se trata».
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