Un médico irunés denuncia la falta de evidencias científicas en la toma de decisiones contra la pandemia
El facultativo no niega la existencia de un virus a pesar de que muchos lo tachen de negacionista
Son numerosas las medidas adoptadas desde el mes de marzo para controlar la propagación de la Covid-19. Desde el confinamiento domiciliario, al toque de queda, pasando por el cierre de establecimientos considerados no esenciales, y todo, con el objetivo de controlar la evolución de un virus que ha puesto a prueba como nunca la capacidad de nuestro sistema sanitario. No obstante, las decisiones y el relato de lo que viene ocurriendo, información que nos trasladan a diario desde organismos oficiales como el Ministerio de Sanidad o el Departamento de Salud del Gobierno Vasco, así como desde la comunidad médica y científica, ha sido cuestionado por grupos de ciudadanos a los que se ha considerado negacionistas y también, por otras voces expertas (a tenor al menos de su experiencia, bagaje y conocimiento) como es el caso del médico irunés Juanjo Martínez.
Con años de experiencia en el ámbito sanitario Martínez nunca ha visto algo similar a lo que está ocurriendo. “No soy negacionista, aunque sé que por el pueblo han corrido algunos mensajes con esa información”, dice nada más empezar a la charla a la que le hemos invitado en Hoy por Hoy Irun. El médico no niega la existencia de la enfermedad, pero sí insiste en que se trata “de algo diferente”. Por eso desde hace meses se puso a estudiar, a contrastar información medica y científica, a consultar estudios que se vienen realizando en otros países y, de ahí su critica a las decisiones adoptadas contra la pandemia que en su opinión han llegado a implantarse “sin evidencias científicas”.
Sobre el uso obligatorio de la mascarilla
El uso de la mascarilla es habitual en países asiáticos, y, sin embargo, una circunstancia muy reciente para Europa que cada día ve con más normalidad el uso de este elemento que, según la Organización Mundial de la Salud o las recomendaciones del Director de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ayuda a evitar contagios.
Martínez también cuestiona esta decisión porque según él no hay “ni un solo trabajo científico de calidad” que avale la medida. El médico hace alusión a un estudio danés en el que se determinó que solo había un 0,3 % de diferencia en el número de contagios entre quienes durante el ensayo habían llevado la mascarilla y entre quienes no lo habían hecho, a favor de quienes sí la portaban.
Además, alude también a los efectos secundarios y problemas que genera su uso y de los que cree no se habla.
Inmunidad de rebaño sí, vacunas no
Explica Martínez que el virus se debilita a medida que las personas se van contagiando, y por eso lo que se pretende es la inmunidad de rebaño. Para conseguirlo se necesitaría un umbral de infección de más de un 60 % aproximadamente o incluso superior a ese porcentaje, si se compara con otros virus de lata transmisión como el sarampión.
La prevalencia actual -porcentaje de personas que actualmente tienen anticuerpos IgG detectables con el test rápido- sin embargo, se sitúa en un 12 % en Álava, en un 8,4 % en Bizkaia y apenas un 6,4 % en Gipuzkoa, muy lejos de esa inmunidad general.
De ahí la urgencia de las vacunas que pretenden lograr este objetivo, que para el médico irunés podría alcanzarse con la libre propagación del virus, una postura contraria a los organismos estatales e internacionales.
Pero según explica en la SER ni si quiera el producto que las farmacéuticas van a comercializar deberían ser llamadas vacunas pues “el antivirus es un germen atenuado, y en este caso, se trata de otro tipo de medicamentos que producen una serie de reacciones en la célula para protegernos.
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