Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 19 de Enero de 2022.
Cartas con destino a Irun desde Pereira, Villarrica y Kigali
Las cartas que los coordinadores de Behar Bidasoa envían desde los diferentes polos de desarrollo con los que trabaja la ONG, reflejan las dificultades padecidas este año, en el que la pandemia se ha sumado a los problemas ya habituales. Desde Pereira (Colombia), la hermana pasionista Adriana María Orrego agradece «la gestión que Behar Bidasoa realiza de manera incansable. Nos ha dado el apoyo fuerte en este año tan duro para esta sociedad colombiana, para nuestros niños que a raíz del caos social suspendió uno o dos de los alimentos diarios. Nos vimos escasos de medicamentos esenciales, de combustible y de comida».
María Petrona Portillo, desde la cooperativa Jopoi, de Villarrica (Paraguay) responde así al envío de ayuda humanitaria: «Todo lo que viene es de gran ayuda. Las ollas han sido las más buscadas, ya que durante las restricciones por la pandemia mucha gente dejó de trabajar y todos los barrios recurrieron a lo que aquí llamamos 'olla popular', donde la gente se organiza en comisiones, solicitan víveres a las instituciones públicas o a comercios y se ponen a cocinar para dar un almuerzo a 100, 200 o 300 personas».
Natividad Pérez y Josefa Idiazabal, desde Kabeza (Kigali, Ruanda) llaman la atención sobre la situación de los presos «que sufren las consecuencias de la Covid-19, enfermedades crónicas, hambre, frío y falta de sus seres queridos porque la situación impide las visitas». Las dos misioneras agradecen a Behar Bidasoa «vuestro ejemplo de solidaridad con los más vulnerables».
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