BERTAKO GAIA
El mercadillo cambia de lugar
LOS VENDEDORES VISLUMBRAN UN "AÑO COMPLICADO" DURANTE LAS OBRAS DE LA PLAZA URDANIBIA DE IRUN
IRUN, XABIER SAGARZAZU - Sábado, 4 de Enero de 2014 - Actualizado a las 06:08h
El mercadillo celebrado celebrado el día de Santo Tomás en Dolores Salís congregó a numeroso público, acompañado por el buen tiempo. (Foto: x.s.)
LA céntrica y emblemática plaza Urdanibia de Irun, además de albergar distintos eventos festivos y culturales a lo largo del año, ha sido históricamente una plaza de mercados. Antiguamente, eran ferias de productos agrícolas y de ganado (ahí siguen aún los amarres para los animales o el abrevadero, que atestiguan este pasado) y hoy, desde hace décadas, la cita es la del mercadillo de los sábados, en la que se pueden comprar no sólo fruta y verduras (tanto de los baserritarras locales como de puestos de vendedores itinerantes), sino que también otros alimentos (dulces, quesos, embutidos y más) o hasta ropa y calzado.
Un mercadillo, el de los sábados en la plaza Urdanibia, que es muy popular no solo en la ciudad sino en toda la comarca y que en pocas semanas, se verá obligado a cambiar de ubicación para una temporada larga. Concretamente, las obras de reurbanización de la plaza Urdanibia, que empiezan esta próxima semana, van a imposibilitar la celebración de este mercadillo en su ubicación tradicional, durante un periodo estimado de un año, que es la duración prevista para los trabajos.
El emplazamiento alternativo es el vial de Dolores Salís, no muy lejos de la plaza Urdanibia, pero en un entorno muy distinto a esta. Un recorrido de aceras amplias y totalmente a la intemperie, sin la protección y el recogimiento natural que le dan al popular mercadillo los árboles de la plaza Urdanibia ante inclemencias como la lluvia o el viento.
UBICACIÓN YA CONOCIDA
Los vendedores, preocupados
El vial de Dolores Salís no es una ubicación desconocida para los compradores asiduos y vendedores del mercadillo sabatino de Irun. En los últimos meses, debido a la coincidencia con otros eventos en la plaza Urdanibia, el mercadillo se ha celebrado allí varias veces. La última, el pasado 21 de diciembre, coincidiendo con la feria de Santo Tomás. Entre los vendedores, las sensaciones de cara a los próximos meses no son muy buenas y algunos se muestran "preocupados".
Es el caso de Montse Iglesias, irunesa de 44 años, que lleva "toda la vida, desde los 14 años", vendiendo en el mercadillo de los sábados, en el que tiene un puesto de lencería y ropa interior. "Con la crisis, las ventas han ido bajando mucho en estos años y me preocupa lo que vaya a pasar en los próximos meses, sobre todo porque en Dolores Salís estamos a la intemperie. Si sale un día de viento, algunos no podremos ni montar el puesto y si llueve, la gente no va a venir, porque aquí no estamos al abrigo de los árboles, como en la plaza Urdanibia", augura esta vendedora.
El errenteriarra Igor Zabalo, de 40 años, lleva también viniendo al mercadillo de Irun a vender "desde los 14 años". Este vendedor, que tiene un puesto de calzado, es asiduo de otros mercadillos en Gipuzkoa, como los de Errenteria, Azpeitia, Hernani, Ordizia o Donostia, y dice que "el de Irun es de los buenos, junto con los de Ordizia o Hernani, aunque las ventas, con la crisis económica actual, han bajado bastante en todas partes".
Sobre el traslado a Dolores Salís, Igor Zabalo afirma que "el sitio, de entrada, no es malo, porque es un recorrido largo y amplio para que la gente circule, pero el problema va a ser el viento y la lluvia; los días que haga mal tiempo, me temo que algunos ni montaremos el puesto y habrá muy poca gente".
Lo mismo afirma el baserritarra hondarribiarra Jose Ignazio Zunzundegi, del caserío Legia: "De las tres veces que hemos estado aquí, se ha vendido bien los días con buen tiempo, cuando ha llovido o había viento, muy mal".
El pamplones Demetrio Soria, de 51 años, lleva 23 años sin faltar a la cita de cada sábado en Irun. Vende frutas y verduras y sobre los mercadillos en Dolores Salís, corrobora las impresiones del resto de sus compañeros: "Cuando haga bueno, estaremos bien, pero los días que haga mal tiempo, no va a ser fácil".
Demetrio Soria, Igor Zabalo y Montse Iglesias solo esperan una cosa: "Que la obra de Urdanibia termine y poder volver allí"
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