La historia del documento que convirtió a Irun en una villa independiente
Iñaki Garrido ofreció una conferencia en la que analizó el contexto del municipio en el siglo XVIII
- J. OCHOTECO | IRUN.
La conferencia 'Irun, de aldea a villa: antecedentes, hechos, personajes y costos' inauguró el programa de actividades por el 250 aniversario de la ciudad. El historiador irundarra Iñaki Garrido Yerobi fue el encargado de pronunciar esta ponencia, a través de la cual fue posible conocer las circunstancias en las que Irun se convirtió en villa de pleno derecho.
El historiador explicó el contexto del Irun del siglo XVIII y su evolución, unida a «los conflictos con Hondarribia, que los hubo antes y después de la independencia». El hecho principal sobre el que giró la disertación fue la Real Cédula de exención de jurisdicción, concedida a Irun hace 250 años y que la convirtió en municipio totalmente independiente de Hondarribia, el 27 de febrero de 1766.
Este documento se expuso ayer en la Sala Capitular del Ayuntamiento durante el transcurso de la conferencia. La Real Cédula permitió «tener en propiedad la jurisdicción del municipio; es decir, que el alcalde pudiera hacer las labores de justicia en el Ayuntamiento». Hasta no conseguirla, Irun «dependía de Hondarribia», y el alcalde de esta última impartía justicia en Irun, «condenando o perdonando a cualquier ciudadano por robo, contrabando... Hondarribia imponía unos castigos inmensos» a los habitantes de Irun.
La reivindicación de la construcción del Ayuntamiento por parte de sus habitantes se prolongó «durante catorce años, con Hondarribia poniendo todo tipo de trabas». Existía la prohibición, dictada por los Reyes Católicos, de construir edificios de piedra en Irun, como una forma de favorecer el desarrollo de Hondarribia. Finalmente, el rey Carlos III concedió su autorización y en el año 1756, en agosto, «se pone la primera piedra del Ayuntamiento. La construcción se inaugura en enero de 1763, tres años antes de la independencia», concretó Iñaki Garrido.
El historiador ahondó también en los motivos por los que Irun persiguió la concesión de la Real Cédula de jurisdicción y «quién tramitó todo en Madrid»; así como en «la toma de posesión del primer Ayuntamiento y quiénes lo conformaban». El presidente del Concejo municipal antes de la independencia, Domingo de Olazabal y Ramerí, señor de Aranzate, se convirtió en el primer alcalde de la villa. El poder contar con «un Ayuntamiento propio que no dependía de otro municipio y tener parte y voz en Juntas Generales» fueron las consecuencias inmediatas de que Irun se convirtiera en villa independiente.
A modo de conclusión, Iñaki Garrido disertó también sobre cómo la consecución de la independencia respecto a Hondarribia «no significó» el fin de los conflictos con la ciudad vecina: «siguieron los pleitos relacionados con los juncales, con las mugas...»
Antes de ofrecer la conferencia, Iñaki Garrido subrayó la relevancia de poder celebrar este acto y dar inicio al aniversario de la ciudad «en el mismo sitio en que ocurrió todo hace 250 años. Es un lujo y hay que verlo desde esa perspectiva, ser conscientes de ello. Habrá cambiado el mobiliario, las cortinas... Pero es la misma Sala Capitular». El historiador destacó también la importancia del propio edificio, así como «de su pinacoteca, que es impresionante».
«Cariz didáctico» de los actos
La de ayer no será la única conferencia histórica que tendrá lugar este año dentro de los actos por el 250 aniversario. Iñaki Garrido, como miembro de la comisión de trabajo que está organizando el programa, adelantó que, además, se pretende que todas las actividades «tengan un cariz didáctico».
La idea es aprovechar todos esos actos y momentos que se sucederán a lo largo de este año, cargado de aniversarios para Irun, para aportar «una pincelada histórica que permita a la gente saber qué es lo que hay detrás. Es necesario dar ese valor para mantener la memoria, para que las cosas no se olviden», afirmó Garrido.
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