El centro de la ciudad ganará un jardín público en Fermín Calbetón
El Pleno vota este viernes la ordenación prevista en una zona verde privada que recibe el Ayuntamiento como parte de la operación urbanística iniciada en el ámbito
Un jardín público va a nacer en pleno centro. Llevará un tiempo, probablemente no menos de un par de años, pero si el viernes el Pleno de la Corporación aprueba el Estudio de Detalle del ámbito Fermín Calbetón, el Ayuntamiento estará lanzando un mensaje alto y claro. En una parcela de casi mil metros cuadrados y tan céntrica como ésta, entre las calles Beraketa y Fermín Calbetón, no se va a construir. Se van a respetar los dos singulares árboles que se hospedan allí (un magnolio con un tronco de más de medio metro de diámetro y un cedro libanés espectacular que compite en altura con las casas cercanas) y se va a generar un éspacio público en forma de jardín.
Que el espacio revierta ahora al consistorio es fruto de la operación lanzada por la iniciativa privada en el ámbito, que ha derribado el inmueble que existía en la esquina que mira al Juncal para construir uno nuevo con mayor aprovechamiento, pero «retranqueando las fachadas para dotar de más anchura al espacio público», apuntaba el delegado de Urbanismo, Miguel Ángel Páez.
Un lugar especial
Es un punto de encuentro complicado ése en el que las calles Beraketa y Calbetón, que se dibujan paralelas pero con una diferencia de cota de más de tres metros, mueren, muy cerca una de la otra, contra la calle Sarasate. Esa disparidad de alturas hará que el jardín entre ambas vías sea algo especial, «a cota por el callejón de Beraketa, pero elevado, como si fuera un balcón», por el lado de Calbetón. El muro de ese lado, en el que hoy luce el cartelón del Metrominuto, se renovará y reducirá y, sobre todo, «se 'rasgará' para habilitar unas escaleras de acceso», apuntó Páez. Dentro de la parcela se diseñarán caminos rodeando al arbolado, se colocará mobiliario y se instalará una iluminación que tendrá en cuenta al cedro y al magnolio para resaltarlos. «Hablamos de jardín porque es pequeño para llamarlo parque, pero también por las características que tendrá».
El nuevo espacio propiciará una renovación del callejón de Beraketa, que será total en la parte cuyo firme se puede sustituir. En la otra, «hay un adoquinado muy antiguo que está protegido. Lo repararemos y cambiaremos lo que esté mal», avanzaba el delegado, «y se renovará y mejorará la iluminación». Pero los adoquines se quedan. Son testimonio de lo antiguo de esta calle. «Una de las más viejas de la ciudad», afirmaba Luis de Uranzu en su Diccionario del Bidasoa. Decía que fue la salida hacia Hondarribia cuando el paseo de Colón no era siquiera proyecto y ubicaba en ella el primer matadero que hubo en el municipio allá por 1562. No se sabe si ya era calle hace 2.000 años, pero en este entorno aparecieron restos romanos de una herrería. Y quién sabe si Beraketa aún guarda regalos para su vecino el Museo Oiasso. Las catas en la parcela de la vivienda se han saldado sin noticias, pero los permisos de obra están condicionados a prospecciones arqueológicas en cada paso. Quizá aparezcan restos o quizá no. A lo mejor esperan su momento enredados en la raíz del gigantesco cedro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario