La sardina ardió empapada por la lluvia
Carnaval. La figura del pez, que se disfrazó de Nao Victoria en el 500 aniversario de la vuelta al mundo, fue a la hoguera junto a Zanpantzar
El Carnaval se ha marchado llevándose consigo el buen tiempo. Después de esos desfiles al sol y de poder lucir los disfraces sin abrigo durante todo el fin de semana, el cielo amaneció ayer a juego con el color de esas cenizas a las que quedaron reducidos Zanpantar y la sardina. Las dos figuras, elaborada por los artesanos Xabier y Benito Garate, ardieron en la plaza San Juan simbolizando el final del Carnaval.
Antes de ese triste final, tanto Zanpantzar como la sardina se dieron una vuelta por Irun. Para el pez, de existencia tan efímera, fue su primer desfile y puede decirse que &lsquonavegó&rsquo bajo la lluvia: influenciada por los actos del 500 aniversario de la vuelta al mundo de Elcano, la sardina también se reivindicó como surcadora de los mares y se disfrazó de Nao Victoria. Para Zanpantzar, en cambio, fue su cuarto desfile reinando ante los irundarras ataviado como un faraón.
Cortejo fúnebre
Los actos para despedir el Carnaval comenzaron a las 19.00 horas en la plaza del Ensanche, donde la Banda de Música Ciudad de Irun interpretó algunos bailables. Las melodías se tornaron fúnebres media hora más tarde cuando, en comitiva, músicos, plañideras y toda una corte de afligidos personajes acompañaron a Zanpantzar y la sardina en su último recorrido por Irun, a lo largo del paseo de Colón. Aurreratu Elkartea fue la comparsa que este año portó la figura del pez hasta la plaza San Juan. Allí colocaron ambas figuras, tras haber retirado la cabeza de Zanpan-tzar, que es el único elemento que se conserva cada año. En su lugar, se colocó una imagen de la cara del gigante.
El tiempo húmedo de ayer no impidió que prendiese el fuego y, entre humo y llamas, la sardina y Zanpantzar se volvieran cenizas. El cortejo fúnebre bailó alrededor de la hoguera porque, pese a su final, ambas figuras renacerán el año que viene en un nuevo Carnaval. El acto concluyó con el espectáculo pirotécnico de Santiagoko Deabruak.
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