«Los grandes son poderosos, pero se nos olvida que han sido pequeños»
No todo se lo quedan los grandes, los negocios más pequeños también pueden tener un camino trazado y un impulsoImanol Navarro Trazando caminos, impulsando negocios
Érase una vez los hermanos Theo y Karl Albrecht. Vivían en un pequeño pueblo alemán y regentaban un, también pequeño, negocio familiar de alimentación. En 1945 decidieron tomar las riendas de esa humilde tienda abierta desde 1913. Los tacharon de locos, pero los hermanos Albrecht decidieron cambiar el rumbo del negocio. La forma. Las costumbres. El cómo. Y así, el cuento termina con los dos hermanos al frente de uno de los supermercados más conocidos del mundo. Los Aldi. ¿Cómo lo hicieron? (Otros os preguntaréis: «nola?») Pues las claves del cómo seguro que las sabe Imanol Navarro y su pequeña consultoría. En Nola sabe cómo hacer las cosas. Sabe cómo hacer grandes las pequeñas ideas y encajar lo grande en lo pequeño. ¿Te sigues preguntando cómo?
–Nola, que es 'cómo' en euskera. Y justo será lo que más te pregunten, ¿verdad? ¿Cómo lo hago, Imanol?
–(Risas) Sí, el 'cómo' es importante. Bueno, el cómo y el qué. Cualquier negocio, sea cual sea, necesita una estrategia, una planificación y unos objetivos. Algunos serán más modestos y otros más ambiciosos, pero hay que tenerlos. Todos tienen que conocer qué capacidades tienen y hasta dónde pueden llegar. Luego llega el cómo.
–Pues vayamos directos al cómo. ¿Qué es Nola?
–Se puede definir como una consultoría, pero estoy evitando utilizar estos tecnicismos. Yo me quiero dirigir al pequeño comercio o al autónomo. Existe la idea de que las consultorías se dedican a empresas grandes y no a las pequeñas. Alguien que monta un negocio humilde tiene una consultoría humilde. Ésa es Nola.
–Seguimos con el cómo. ¿Cómo nace Nola?
–Vengo del mundo comercial, principalmente me he movido en el sector de la alimentación. Empecé en Angulas Aguinaga como un comercial al uso, pero por diferentes circunstancias me vi obligado a ir asumiendo más responsabilidades. He trabajado mucho negociando con empresas de gran distribución y de gran organización. Después he trabajado también en Central Lechera Asturiana, otra empresa de estructura y facturación importante. Y de ahí, pasé a Quesos Aldanondo. Aquí es donde me he dado cuenta de cuál es la realidad del pequeño comercio.
–¿Cómo?
–La distribuidora trabaja con todos los pequeños comercios que pueda haber en Euskadi, así que he tenido contacto directo ellos. Me he dado cuenta que, tal vez, haya una falta de conocimiento en cuanto a la gestión profesional. Me explico: un frutero, desde el momento en el que abre una frutería, se convierte en empresario. Tiene que gestionar una empresa. Cuando pensamos en una empresa grande, siempre pensamos en departamentos. ¿Verdad?
–¡Claro!
–Pues un pequeño negocio, una pequeña empresa, también los tiene que tener. Tener departamentos claros no quiere decir repartirlos entre personas. Quiere decir que la empresa tiene que estar organizada, se tiene que departamentar.
–¿Y cómo se departamenta el frutero del barrio?
–Con planificación. Muchos negocios se montan con mucha ilusión, pero sin ninguna planificación. Cuando se encuentran con la realidad, están abocados al cierre.
–Dicen que la información es poder, ¿la planificación también?
–En este caso ambas. ¿El coste de oportunidad? Hay muchos comercios que no saben lo que es. Hay que ser eficientes. En los pequeños detalles están muchas de las claves, pero si no los conocen...
–Los pequeños detalles son muchos, pero qué me dices de los grandes inconvenientes...
–Son reales. Sin duda. Las razones externas están ahí. Cuando converso con comerciantes siempre salen los mismos temas: todo va muy mal, la gente cada vez compra menos, cada vez hay más compras por internet... Son cuestiones reales, pero no siempre la culpa es de los demás. Hay que hacer autocrítica también. Siempre hay aspectos de mejora, pero con el pesimismo ninguno te traslada la necesidad. ¿Te pongo un ejemplo?
–Claro, adelante.
–Si una franquicia pinta el exterior de verde, te aseguro que no es por casualidad. Tampoco porque le guste a alguien. Hay un estudio detrás. Hay una razón, una planificación.
–Ya, pero los grandes... ¡son grandes para todo!
–Ya, los grandes son muy poderosos y los grandes tienen mucho dinero y se lo pueden permitir, lo sé. Lo que se nos olvida es que los grandes para ser grandes, antes han sido pequeños. Y en vez de quedarnos en la queja, podemos imitarlos. No todo está inventado, pero mientras inventas algo extraordinario, puedes imitar lo que hacen otros. Grande o pequeño, lo que importa es tener objetivos.
–¿La clave está en tener objetivos ambiciosos?
–No tiene porqué. Muchos me dicen: «¿Objetivos? Pero si soy un mindundi». Tu objetivo puede ser tan humilde como cubrir gastos, pero para todo hace falta una planificación. Las decisiones hoy en día se toman de forma intuitiva y precipitada. ¿Por qué? La mayoría de las veces por desconocimiento. Lo que trato desde Nola es profesionalizar la gestión del negocio. Le propongo al frutero que se dedique a lo que sabe hacer y que pueda humildemente contratar la gestión que pueda orientarle a cómo sacar adelante su negocio.
–¿Se puede hablar de éxito en este momento?
–Ningún análisis asegura el éxito. Y no lo digo porque aparezca o no una pandemia. Esto es una lotería, pero planeando las cosas bien, la probabilidad de que tengas éxito es mayor. ¿Qué pasará ahora? Sobrevivirá aquel que sepa leer mejor lo que quiere o lo que busca el consumidor. El que mejor sepa adaptarse a ello, encontrará una oportunidad en esta crisis.
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