Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 24 de Febrero de 2021.
«El fuego deja marcas distintas en árboles, piedras o un caracol»
DAVID MIQUELEIZ | JEFE INVESTIGACIÓN
Banderines rojos y amarillos marcan la dirección en que avanzó el fuego y la pista para localizar los focos
En el monte, sobre el suelo ennegrecido y rodeado por arbustos quemados, David Miqueleiz, junto con otros agentes de la Policía Foral, colocaba ayer los banderines amarillos y rojos que señalan cómo se ha movido el incendio. En sus manos, unos cuantos más, y el más importante, el blanco, que se coloca en el lugar en el que todo empezó.
- ¿Qué delimitan con los banderines?
- El rojo te marca la dirección del viento y la dirección del fuego, y el amarillo, la dirección del fuego, pero contra el viento. En el medio de todas esas flechas estará el punto de inicio, una evidencia, el medio de ignición…
- ¿El fuego deja muchas pistas?
- Esto que parece una tontería cuando lo ves puesto en el medio natural, te va llevando a un lugar. Son pistas que te vas poniendo, que no al azar, sino que sigues un método de evidencias físicas. Es un método científico que estudia o analiza todos los vestigios que el fuego deja a su paso en los distintos materiales. El fuego no deja la misma marca en un árbol, que en una gramínea, en una piedra o en un caracol… Esa formación que hay que tener y toda la información es la que ayuda, sobre todo, a descartar ya zonas. No hace falta que suba hasta arriba del monte, porque las pistas me están marcando dónde fue. Ahora, tengo que saber si hay una mano humana.
- ¿Empezó todo en dos puntos?
- Por la información que tenemos, gráfica incluso, parece que tenemos dos puntos diferenciados. Desde el aire estamos sacando la geometría… pero ya se ve una línea. Este fue uno de los puntos de inicio (marca en el terreno). Los banderines amarillos dejarán paso al reino de los rojos. Al fuego al principio le cuesta, pero luego coge un frente y tira… Vemos que avanzaba, pero también retrocedía, porque hacia abajo cuesta más. Luego saltó y tiró para arriba. El fuego es como los toros, le gusta ir cuesta arriba, con buenos cuartos traseros. Como en Santo Domingo.
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