El PSE se supera y gana el décimo edil
Sí se puede Irun irrumpe con cinco concejales y se convierte en la segunda formación más votada
EAJ-PNV se mantiene, mientras EHBildu y PP pierden dos y tres representantes, respectivamente
- M.J. ATIENZA/J. OCHOTECO
- IRUN
El PSE-EE, con José Antonio Santano a la cabeza, volvió a ganar el domingo las elecciones municipales de Irun, con 9.405 votos, un 33,43% del total de sufragios emitidos y 1.501 más que los obtenidos en 2011. Este resultado confiere a la nueva Corporación, que se constituirá el próximo 13 de junio, 10 concejales socialistas, uno más de los que el partido liderado por el alcalde en funciones consiguió para el (todavía) presente mandato.
El de las municipales de 2015 ha sido un triunfo del PSE-EE sin discusión, ya que no sólo ha conseguido mantenerse vivo en su feudo irundarra, aislándose de la deriva descendente del partido, sino que se ha superado hasta conseguir el décimo concejal, contraviniendo todas las encuestas y quinielas realizadas para el 24M local, que en ningún caso le auguraban un ascenso.
El resultado socialista, que a pesar de ser sobresaliente sigue dejando al partido más votado en minoría (la mayoría absoluta precisa de 13 ediles), fue la primera gran sorpresa de la noche electoral irunesa, pero no la única. Hubo otros resultados inesperados que influirán, de manera determinante, en la gestión municipal del mandato 2015-2019. El PSE-EE sigue obligado a pactar o a gobernar en minoría, apoyándose en acuerdos puntuales, como lo ha venido haciendo en los dos últimos mandatos. Imaginar otro escenario de gobierno que dejara a los socialistas en la oposición es matemáticamente posible, pero parece poco probable.
La llegada de SPI
La segunda gran sorpresa del 24M fue la irrupción en la política municipal de Sí se puede Irun, la agrupación de electores avalada por Podemos y liderada por David Soto. Su entrada en el ayuntamiento era esperada, desde luego, pero la fuerza con la que ha llegado ha sido abrumadora. Con 5.136 votos, un 18,26% del total, SPI se ha posicionado como la segunda formación política del municipio, aunque a sólo 3 votos de distancia de EAJ-PNV. Nada menos que cinco asientos de la Sala Capitular estarán ocupados, a partir del 13 de junio, por concejales del grupo municipal debutante, lo que demuestra que un porcentaje considerable de la población irundarra demanda una nueva forma de hacer política.
De segunda a tercera fuerza pasa EAJ-PNV, con los 5.133 votantes (el 18,25%) que han depositado su confianza en la lista encabezada por Xabier Iridoy. Los jeltzales irundarras han recibido 510 sufragios más que en las municipales de 2011 y mantienen sus cinco concejales, pero no han conseguido encaramarse a la ola elevadora de su partido en Gipuzkoa. La distancia que les separa de los socialistas, que ya era amplia, ha aumentado demasiado como para poder considerarse, si nada cambia, una alternativa de gobierno.
Frente a las fuerzas políticas tradicionales o emergentes que ganan votos, estas elecciones muncipales han dejado resultados nefastos para dos formaciones políticas presentes en la política municipal. Un total de 3.491 irundarras (el 12,41%) han dado su voto a EHBildu. La coalición abertzale, liderada por Oinatz Mitxelena, ha perdido en Irun más de 900 votantes en cuatro años y se queda con tres concejales, frente a los cinco que consiguió en 2011.
Peor parado ha salido el Partido Popular, encabezado por Juana de Bengoechea, que afrontará este mandato con dos ediles, frente a los cinco representantes que obtuvo en las anteriores elecciones municipales. Respaldado el domingo por 2.196 papeletas (el 7,81%), el PP ha perdido en Irun a la mitad de sus votantes.
Mayor participación
Si la lectura de la debacle de EHBildu y PP no se hace en clave local, puede que ambas formaciones se hayan visto arrastradas por la gestión de sus respectivos hermanos mayores. El desgaste del gobierno foral, en el primer caso y el castigo por las redes de corrupción, en el segundo, pueden haber hecho mella en las candidaturas locales.
En clave irunesa, la llegada de SPI y la subida en votos del PNV podrían explicar, en parte, la pérdida de apoyos de EHBildu. También en parte, el ascenso del PSE podría derivarse de un trasvase de sufragios populares hacia el voto útil que puede asegurar un gobierno no nacionalista, un determinado modelo social o ambas cosas a un tiempo.
Tampoco hay que olvidar que los irundarras se movilizaron el domingo para votar y que la abstención descendió cinco puntos, pasando del 44,32 % de las municipales de 2011 al 39,53% de las de 2015.
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