martes, 15 de junio de 2021

Iratxe Etxeberria: «Comer es maravilloso, pero comer rico... ¡es lo más! Es un final bonito»

Noticia publicada en Diario Vasco, el martes día 15 de Junio de 2021.

Pasión por el mundo de la gastronomía

Iratxe Etxeberria: «Comer es maravilloso, pero comer rico... ¡es lo más! Es un final bonito»

Esta hondarribitarra está a punto de terminar sus estudios en el Basque Culinary Center con un proyecto en Papperino

Iratxe aún no ha decidido del todo su especialidad, pero tiene claros sus referentes y el camino a seguir. / F. DE LA HERA
Iratxe aún no ha decidido del todo su especialidad, pero tiene claros sus referentes y el camino a seguir. / F. DE LA HERA
YLENIA BENITO

«¿El hombre más fuerte del mundo? No me da miedo. Yo soy la niña más fuerte. No olvides este detalle». ¿Cómo olvidar este pequeño gran detalle de Pippi Calzaslargas? Pippi era una niña extraordinaria. Y cuenta su autora, Astrid Lindgren, que lo más extraordinario de ella era su fuerza. Dice que era tan fuerte que no había policía que fuera tan fuerte como ella. Si quería, podía levantar un caballo. Y quería levantarlo. Esta es mi fortaleza preferida de Pippi: sabía lo que quería y sin miedo iba a por ello o lo hacía. Admiro a esas personas extraordinarias que, como Pippi, tienen las cosas claras y pelean por ello. Con todas sus fuerzas, claro. Es el caso de otra niña, ya mujer, extraordinaria: Iratxe. En la escuela, como Pippi, no entendió muy bien cuál era su lugar, pero encontró su vocación: la gastronomía. Iratxe estudia en el Basque Culinary Center y rodeada de grandes profesionales se siente con ganas y fuerzas como para levantar un caballo. Pero de momento, termina un proyecto con el heladero extraordinario y busca nuevas aventuras. Iratxe, como Pippi, no le tiene miedo a nada.

–Astrid Lindgren contaba cuentos a su hija. Fue ella la que un día le dijo: «cuéntame algo de una niña que se llame Pippilotta Viktualia Rullgardina Krusmynta». Traducido es algo así como: Pippilotta Delicatessen Persiana Hierbabuena.

–Yo últimamente he estado rodeada de muchas delicatessen... ¿te gustan los helados de Papperino?

«Yon Gallardo ha sido súper generoso conmigo, ha sido un estupendo tutor y compañero»

«Hice un curso de repostería, pensé que era lo mejor que había hecho en mi vida y me lancé»

–La pregunta es: ¿a quién no le gustan los helados de Papperino? ¡Claro!

–(Risas) Pues yo he tenido la suerte de poder hacer mi TFG con Yon Gallardo y estoy más que feliz. Firmo cuarenta veces por hacer de nuevo este proyecto con él. No ha sido solo un magnífico tutor, sino que ha sido un estupendo compañero.

–Un trabajo fin de grado en Papperino, ¡qué envidia!

–Lo sé. Mi ama es de Irun y desde pequeña, el heladito del verano en Papperino ha sido sagrado. Cuando en el Basque Culinary Center llegó la clase de Yon 'flipé'. Todos lo hicimos. Fue increíble, así que imagínate lo que ha sido ayudarle en el proyecto de heladería que tiene.

–¿Qué has hecho? ¿Sabes el secreto del mejor helado de avellana del mundo?

–(Risas) El secreto es Yon y los productos naturales. Cuando me eligió para el trabajo, me reuní con él, me contó la idea que tenía para darle una vuelta a la heladería y entonces le dije: «vale, pero quiero aprenderlo todo. Quiero saber limpiar hasta la última pasteurizadora». Ha sido súper generoso conmigo. Hemos pasado horas delante del ordenador pensando y hablando para preparar su proyecto. Ya ha habido una cata de helados y pronto veréis y saborearéis los resultados...

–La tuya es una profesión sacrificada, pero con un final casi siempre bonito...

–Comer es maravilloso, pero comer rico... ¡es lo más! Es un final bonito siempre. Ahora me doy cuenta de que estoy en el buen camino, pero no te creas que siempre lo he tenido tan claro...

–¿No?

–¡Qué va! Es verdad que siempre he tenido algo así como una educación gastronómica. En casa tenemos huerta y hemos cocinado mucho. Siempre he estado metida en la cocina, pero a la hora de elegir estudios me fui al Bachiller científico.

–¿En qué pensabas?

–No lo sé. Pensaba en ser ingeniera y me echaba las manos a la cabeza. Recuerdo que entonces hice un curso de pastelería y pensé que era lo mejor que había hecho en mi vida. Y decidí cambiar de rumbo.

–¡Qué valiente!

–Creo que la gente debería valorar otro tipo de trabajos. A veces, cuando estás estudiando, parece que solo existen algunas carreras. Creo que deberíamos pensar en qué nos hace felices y no en qué queremos ser. En mi casa me han apoyado mucho partiendo de esa idea y estoy entusiasmada con mis estudios.

–¿Estudiar en el Basque Culinary Center es tan exigente como Master Chef?

–Seguro que más. Para mí ha sido una locura. Entrar ahí y conocer a tanta gente que hace lo que le gusta. Es más que entender la gastronomía, entender cómo funciona todo, todas las herramientas... Es increíble.

–¿Serás pastelera entonces?

–Aún no lo sé. Entré diciendo que lo sería, pero el primer año se me nubló todo. Ya he pasado por querer ser casi de todo. Me gustan todos los proyectos, desde ser cocinera hasta ser sumiller o camarera. Lo bueno que tiene el Basque Culinary Center es que aprendes de profesionales con pasión como Yon y te contagian ese entusiasmo. Mi futuro es incierto, lo tengo todo por descubrir.

–¿En quién te fijas? ¿Tienes referentes?

–Pues mira, muchas veces pienso que más que gente con estrellas, que también, me fijo en personas súper trabajadoras y apasionadas por lo suyo. Por ejemplo, Asier Alcalde es un ejemplo de cómo reinventarse. Fernando Bárcena es un ejemplo a seguir no sólo en la cocina sino en la vida. Yon Gallardo es todo un ejemplo de cómo alguien joven puede coger un proyecto de toda la vida y reconvertirlo. Hay mucha gente así. Luego, claro, hay gente más conocida como Jordi Roca, que inventa cosas con solo pestañear. Pero me fijo en esa gente que pelea cada día. Esa fortaleza es un gran ejemplo.

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