El Pleno municipal incorporó 3,7 millones al presupuesto en la última sesión del mandato
El Gobierno perdió una votación por primera vez en cuatro años, una moción relativa al doble sentido de circulación en Jaizubia hiribidea
La cuantía incluye casi un millón para el abono de la paga extra que se congeló a los funcionarios en 2012
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
El Pleno de la Corporación se reunió el miércoles por última vez en este mandato. Penúltima, porque antes de que se forme el nuevo Ayuntamiento tras las elecciones habrá otra, pero únicamente para aprobar actas pendientes. Pero sí fue la última en términos de gestión y tuvo, además, bastante contenido y una duración de más de tres horas, hasta pasadas las 22.30 horas.
Lo más importante, sin duda, fue la modificación del presupuesto del año corriente para dotarlo de casi 3,8 millones más. El primer matiz sobre esta cifra viene para aclarar que 969.000 euros son los se congelaron cuando el Gobierno central ordenó no abonar la decimocuarta paga de 2012 a los trabajadores públicos. El dinero ha estado apartado a la espera de que desde Madrid se habilitara el pago de aquella parte de los sueldos. Ahora se abre una vía para pagar un porcentaje y el Gobierno propuso activar toda la partida para pagar «el máximo que nos deje la ley y, en cuanto nos lo permita, la totalidad».
De los 2,8 millones restantes, casi la mitad, 1.257.180 euros, se consignan como reserva presupuestaria para adquirir las instalaciones del Club de Tenis Txingudy: edificio, pistas de tenis y pádel y piscina al aire libre. Los grupos manifestaron su acuerdo con esa intención de compra, aunque Bildu previó discrepancias en el modelo de gestión futuro de las instalaciones. El PNV advirtió que los detalles de compra y gestión quedan ya en manos del Gobierno y éste aseguró que «no avanzará sin el consenso de los grupos», pero explicando que será mediante «Juntas de Portavoces porque no es una competencia del Pleno».
La siguiente partida con mayor cuantía supone destinar 785.000 euros para afrontar la actuación prevista en el borde del Bidasoa que mejore la conexión peatonal entre Azken Portu y Behobia y sumarle un bidegorri. Completa el millón y medio que el Gobierno Vasco destinó de sus presupuestos para llegar a la cantidad estimada en el proyecto al que, el mismo miércoles por la mañana, la Junta de Gobierno Local dio el visto bueno. Lo ha remitido a Costas del Estado, cuyo sello es imprescindible para poder empezar la obra.
Hay partidas importantes (458.000 euros) para que Irunvi adquiera parcelas en San Miguel-Anaka, lo que preocupó a Bildu porque en una de ellas se ubica el gaztetxe Lakaxita, «agente dinamiazador social y cultural que se ve como una referencia en el barrio y en la ciudad porque realiza un gran trabajo con un modelo de autogestión, diferente, y que está funcionando muy bien. No entedemos por qué hay parcelas que vuelven a ordenación y ésta no», señaló antes de hacer notar su preocupación por «cuándo y cómo se hará ese desalojo».
La modificación presupuestaria también aumentó la capacidad del programa K-Biziak de impulso a nuevos negocios en la ciudad y la disponibilidad de ayudas para subvencionar acciones de dinaminzación comercial. El conjunto lo aprobraron PSE, PNV y PP, con abstención de EB y voto en contra de Bildu.
Agenda 21, segunda parte
Además de la importante modificación de las cuentas, el Pleno tomó otras decisiones. Entre ellas, y por unanimidad, liberar de su uso como espacios de enseñanza tres inmuebles de la ciudad: el parvulario de Larreaundi, el parvulario de Ventas y las antiguas escuelas de este mismo barrio. PP y Bildu solicitaron que los vecinos de ambos barrios participen de la decisión de su uso futuro, algo que el Gobierno confirmó. El alcalde anunció ayer que el de Larreaundi será derribado porque «está en malas condiciones» y su uso futuro se ligará a la parcela anexa, la del transformador eléctrico, que se liberará cuando se construya la nueva subestación en Txenperenea, cuyas obras han empezado ya.
También se aprobó ratificar el acuerdo de las condiciones de los empleados municipales con votos de PSE, PNV, PP y EB y abstención de Bildu que, además de algunas discrepancias «por falta de concreción», recriminó que el acuerdo firmado que se incorporó al expediente «sólo esté en castellano, una vez más».
El Segundo Plan de Acción de la Agenda 21 salió adelante con apoyo de PSE y PNV y abstención del resto. Es un documento de amplio contenido que habrá de desgranarse. Parte de líneas estratégicas desde las que establece diversos programas que concreta en multitud de acciones. Bildu achacó el escaso cumplimiento del Primer Plan y destacó que desde la Agenda 21 Escolar «se ha hecho un gran trabajo y han lanzado muchísimas propuestas, pero el Ayuntamiento no las ha llevado a la práctica, no ha dado pasos». El PP coincidió en eso con Bildu y sumó críticas a las fórmulas de trabajo elegidas por el Gobierno para diseñar el plan. También apuntó «planteamientos contradictorios en su contenido». El Gobierno defendió un proceso «de gran participación» que agradeció «a los propios grupos políticos, a las entidades y a ciudadanos particulares». Apuntó que el cumplimiento del Primer Plan «aunque escaso, del 53%, está por encima del de la mayoría de municipios de Gipuzkoa porque hay acciones poco concretas en las que es difícil avanzar» y reivindicó que esta segunda versión contará con su propio sistema de «autoevaluación y seguimiento para incrementar ese porcentaje».
Primera votación perdida
Los Corporativos aprobaron además dos mociones. En una, por unanimidad, se pedía a Osakidetza que implante cursos post-parto en la ciudad, como hace en otras. La otra supuso la primera votación perdida por el Gobierno municipal en este mandato. Pese a tener sólo 9 de 25 concejales no había ocurrido hasta ahora, si bien alguna vez, ante una perspectiva claramente desfavorble, decidió dejar algún punto sobre la mesa para negociarlo antes de volverlo a presentar al Pleno. Ayer no podía hacerlo así. Se trataba de una moción presentada por los vecinos de los números 30 a 64 de Jaizubia hiribidea por el cambio de circulación en su calle (de doble sentido a único) al incorporar un espacio exclusivo para el peatón. PNV, Bildu y EB la trasladaron al Pleno y el PP anunció que la apoyaría. Lourdes Escribano, una de las vecinas, tomó la palabra durante la sesión para explicar los perjuicios que sufrían y que no se trataba de un tema de «dar más vuelta con el coche», sino de seguridad, porque les obligaban a llegar a casa a través de «dos puntos negros por su número de accidentes como son la GI-636 y la avenida de Letxunborro». La moción requiere que se reestablezcan los dos sentidos sin perjuicio de mantener una acera para el peatón. «Fue una declaración política», señala el alcalde. «Las direcciones de las calles no las decide el Pleno y lo que se aprobó no se puede llevar a cabo, al menos en el corto plazo. Hay un conflicto de intereses entre lo que quieren unos vecinos y lo que quieren otros y vamos a intentar buscar una solución, pero lo que tenemos claro es que, por seguridad, no vamos a quitar el espacio peatonal».
La sesión dejó dos anécdotas. Un emotivo discurso final de Manuel Millán, que cierra su labor como concejal 20 años después de haberla iniciado, y el abandono de la sesión antes de su conclusión de la edil Muriel Larrea, embarazada de nueve meses, que tuvo que salir precipitadamente en dirección al hospital.
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