domingo, 24 de mayo de 2020

Un mapa de emociones en torno al río

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 24 de Mayo de 2020.

Un mapa de emociones en torno al río

Arte y antropología. El colectivo Bitamine y María José Noain han presentado el resultado de su trabajo 'Cartografía emocional del Bidasoa'


Escolares de Irun y de Biriatu han colaborado en la investigación realizando sus propios mapas emocionales. /
Escolares de Irun y de Biriatu han colaborado en la investigación realizando sus propios mapas emocionales.

JOANA OCHOTECO
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Decía Gerard Mercato que «los mapas son los ojos de la historia». María José Noain tomó como punto de partida esta frase del cartógrafo y geógrafo flamenco del siglo XV para ejemplificar que «la inquietud por plasmar la realidad geográfica en un soporte bidimensional» se remonta «a los albores de la humanidad. El mapa más antiguo del que tenemos testimonio data de la época paleolítica».
La cartografía ha evolucionada incorporando, por ejemplo, elementos artísticos. Esta disciplina denominada como cartografía artística se desarrolló a partir de la época medieval. Hacia esta vertiente se ha encaminado el proyecto de María José Noain y el colectivo Bitamine: crear una cartografía artística de la desembocadura del Bidasoa, «utilizando la memoria identitaria y subjetiva de sus habitantes».
El trabajo se ha desarrollado a través de la concesión, el año pasado, de una de las becas Ribera del área de Cultura. Son unas becas que, precisamente, unen un perfil antropológico y otro artístico para generar un proyecto en torno a la memoria histórica con el río Bidasoa como telón de fondo. «Es muy poco habitual tener la oportunidad de desarrollar un trabajo» de estas características, por lo que Noain agradeció al Ayuntamiento «esta iniciativa tan fantástica y con un perfil tan peculiar».
Se han hecho 136 encuestas y tres entrevistas grupales que han permitido constatar la existencia de «dos Bidasoas»
La investigación y su materialización artística se ha llevado a cabo a lo largo de nueve meses y, recientemente, se presentó al público pero mediante un canal acorde a las circunstancias actuales: un encuentro virtual que llegó a congregar a medio centenar de personas, que escucharon la presentación a cargo de María José Noain y, por parte de Bitamine, de Carlos Sánchez, Helga Massetani y Patricia Taberna.

Desembocadura e interior

Para desarrollar el «trabajo de campo» antropológico, María José Noain y Bitamine realizaron 136 encuestas y tres entrevistas grupales, «que en ciertos puntos podían parecer algo surrealistas y descolocaban. Pero esa era nuestra intención». La antropóloga se refería a preguntas como con qué color identificarían los encuestados el Bidasoa, o a qué género lo asociarían. «La mitad de los encuestados viven en Irun», aunque también participaron personas «de Hondarribia, Hendaia u otras poblaciones de Iparralde».
Una de las conclusiones de esta investigación, señaló Noain, fue la constatación de que «existe una dicotomía, lo que yo defino como dos Bidasoas». Por una parte, el de la desembocadura, y por otra, el que se extiende hacia el interior. «Estas dos mitades geográficas» presentan percepciones diferentes, por ejemplo, en cuanto al color con el que sus habitantes asocian el territorio: los primeros tienden a señalar el azul, y los segundos, el verde.
Otra división importante se da entre quienes consideran que el Bidasoa es frontera (50%), quienes lo asocian al concepto de unión (40%) y los que creen que es ambas cosas (10%). Acontecimientos históricos, personajes relevantes y vivencias personales fueron otros de los temas que se plantearon en ese trabajo de campo antroplógico. María José Noain explicó que uno de los temas que surgió con más frecuencia entre los encuestados fue el del contrabando, al que «le daban mucha importancia».
En cuanto a las personalidades culturales que se asocian al Bidasoa, Noain estableció una división entre el ámbito literario, donde los encuestados hacían referencia a «Pío Baroja y su familia», y el pictórico, donde destacaron los nombres de Menchu Gal y Gaspar Montes Iturrioz.
La recogida de datos se completó, explicó Carlos Sánchez, con sendos talleres desarrollados en el colegio El Pilar, de Irun, y el colegio público de Biriatu. Trabajando con los niños y niñas «queríamos incluir su punto de vista, e hicimos diferenes dinámicas para que señalasen sus lugares favoritos, puntos de interés o lugares que no les gustan tanto». El resultado fue que cada grupo de escolares «creó un mapa emocional particular» del Bidasoa.
Una vez recabada toda la información antropológica, el reto era «traducirla a un lenguaje plástico». Durante el proceso creativo desarrollado por Bitamine se probaron distintas opciones hasta decidirse por un mapa «en formato acordeón», explicó Helga Massetani. El trazado del río se acompaña de símbolos y referencias ligadas a esa percepción emocional del Bidasoa: una frase de Saramago en recuerdo de los portugueses que murieron intentando cruzar el río, una ilustración compuesta por diferentes partes de cuadros pintados por artistas del Bidasoa... El proyecto, señaló Noain, ha sido «suficientemente enriquecedor como para que tenga desarrollo».

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