VIVIENDA
La oferta de pisos usados crece un 40% en Euskadi ante la escasa bajada de precios
El Gobierno Vasco augura que la salida al mercado de activos 'tóxicos' de los bancos provocará este año un «importante ajuste»
14.05.12 - 01:57 -
No acaba de funcionar del todo en Euskadi la principal ley del mercado: la de la oferta y la demanda. Estamos hablando de pisos. Tras el estallido simultáneo de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica, la venta de viviendas se ha paralizado, aunque miles de ciudadanos están interesados en acceder a una. Parte de la población no puede afrontar semejante inversión -crece el paro y la incertidumbre, mientras bajan los sueldos-; en otros casos, son las entidades financieras quienes paran los pies a los posibles compradores al poner drásticas restricciones a la concesión de créditos. También están quienes, pudiendo acceder a una hipoteca, no quieren pagar los desorbitados precios a los que se ha llegado y esperan rebajas.
En buena lógica, ese cúmulo de circunstancias facilitaría un sustancial abaratamiento del ladrillo. Pero esto no está ocurriendo. Al menos, no en la medida necesaria para impulsar esta actividad. Según un informe del Observatorio Vasco de la Vivienda, el «moderado ajuste de precios» que se viene produciendo desde 2008 es insuficiente para empujar las ventas, lo que nos lleva a «un contexto de notable atonía» en el que «continúa incrementándose el stock de vivienda en venta en el conjunto de la comunidad autónoma», que ya roza las 35.000 casas. La inmensa mayoría, más de 29.000 -un 40% ha crecido la cifra en el último año-, son pisos usados.
La situación es complicada, y la falta de información fiable dificulta aún más la toma de decisiones y la previsión de futuro. Por ejemplo, en el conjunto de España ni siquiera está claro cuántas viviendas hay en venta. Hay estimaciones que apuntan a 600.000, y otras a un millón. Pero nadie lo sabe a ciencia cierta. El problema está, sobre todo, en las zonas donde la segunda vivienda floreció de manera desaforada, como el Levante. El nuevo presidente del INE, Gregorio Izquierdo, quiere superar esta situación y pretende que a finales de año el organismo que dirige cuente con una cifra fiable.
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