Los Cursos de Verano de la UPV hablan en Irun sobre las termas romanas
'El ritual del baño en Roma: higiene, ocio y relaciones sociales' es el título del curso que el jueves y el viernes se imparte en Irun entre el Museo Oiasso y Gordailua
El Museo Oiasso abrió en 2006 una línea de colaboración con los Cursos de Verano de la UPV que ha significado una visita recurrente (con contadas excepciones) del programa formativo estival de la universidad pública vasca a la ciudad, siempre con un motivo ligado a la historia y a las épocas de hegemonía romana.
Este año regresa con una doble jornada que se impartirá esta semana, entre el jueves y el viernes, por la mañana en Gordailua, (el depósito del patrimonio mueble de Gipuzkoa, en Belaskoenea) y por la tarde en el Museo Oiasso.
Puertos, ciudades, simbología, minería, infraestructuras viarias, incluso erotismo y sexo, siempre en época clásica, han sido algunos de los temas que se han tratado en ediciones anteriores. En este 2019, el curso que se impartirá lleva por título 'El ritual del baño en Roma: higiene, ocio y relaciones sociales' y anuncia ya con su nombre la multiplicidad de usos que para los romanos tenían las termas, un elemento clave en la organización tanto física como social de sus urbes.
Según explican desde la dirección del curso que se desarrollará en Irun, «Roma unió la tradición itálica al concepto de baño griego del gimnasio». A partir de «ese mestizaje» surgió una nueva fórmula que «vino acompañada de unas instalaciones determinadas: las termas». Las primeras versiones de estos edificios fueron ampliándose hasta convertirse «en grandes complejos que llegaron a ocupar miles de metros cuadrados». En esos recintos, que podían ser públicos o privados, no sólo se encontraban baños; era habitual que hubiera también «tiendas, restaurantes, auditorios y bibliotecas». Las grandes mansiones tenían sus propias termas.
Hay termas en Oiasso
En Irun se descubrieron en 2002 las termas públicas de la antigua Oiasso, «con un programa arquitectónico destacado y un complejo construido de unos mil metros cuadrados de superficie». En las termas, los romanos «se bañaban en agua fría, templada o caliente y completaban un circuito en el que las actividades relacionadas con el baño y la sauna estaban perfectamente definidas. También hacían ejercicio, practicaban juegos deportivos, recibían masajes...».
Pero las termas eran algo más que una cuestión de higiene y salud. «Formaban parte del programa social diario de la mayoría de los habitantes de las ciudades, de los soldados acuartelados en las fronteras más alejadas e incluso de quienes vivían en las zonas rurales. Se hacían negocios, se comía y se bebía en compañía de las amistades; en las de cierta importancia se podía acudir a conciertos y participar en actividades culturales».
El Curso de Verano que acogerá Irun esta semana pretende «recoger las novedades de las investigaciones en este campo, poniendo el acento en el significado social del ritual del baño». Lo hará contextualizando «las instalaciones termales según su diseño arquitectónico, su entorno urbanístico y las consideraciones regionales». Y aunque no está entre los objetivos que se plantea el curso, quizá sirva de acicate para que se retome el proyecto para que las termas romanas de la ciudad se puedan incorporar al espacio del Museo Oiasso y puedan ser visitables o, al menos, queden a la vista.
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