domingo, 10 de mayo de 2020

La hostelería y el pequeño comercio inician la desescalada

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 19 de Mayo de 2020.

La hostelería y el pequeño comercio inician la desescalada

La terraza y el delivery son los ingredientes con los que Bidassoa Tap Room afronta la nueva fase./De la Hera
La terraza y el delivery son los ingredientes con los que Bidassoa Tap Room afronta la nueva fase. / DE LA HERA

Los establecimientos urbanos afrontan la reapertura con incertidumbre pero la esperanza de tener el apoyo de los irundarras

JOANA OCHOTECO
Con incertidumbre y precauciones, reconvertiendo o adaptando sus servicios en algunos casos, y tratanto de recuperar en lo posible la normalidad, el comercio y la hostelería de Irun van retomando su actividad. Tras el anuncio de que, mañana lunes, Gipuzkoa entra en la fase 1 de la desescalada, los pequeños establecimientos pueden volver a abrir sus puertas hacia una nueva realidad en la que esperan contar con el apoyo de la ciudadanía..
El consultor Celestino Martínez, que impartió esta semana un curso a comercios de Irun para prepararse para la reapertura, hacía referencia a «las expectativas» ante la nueva situación: «tenemos ganas de quedar en una cafetería, ir a una peluquería o de tiendas. Esto supone un aumento de expectativas brutal. Es como cuando nos han dejado salir a pasear». Por eso, «los consumidores se van a presentar en las tiendas con un nivel de expectativas muy alto».
En Tinta Cómics, Miren Itxaso Martín, que asistió a ese curso dirigido a comerciantes, está más que dispuesta a cumplir las expectativas de «mis queridos tinteros y tinteras», como se refiere a sus clientes. La tienda de la calle José Eguino vuelve a abrir mañana «con todas las medidas de seguridad» y sus cómics, mangas y demás artículos para el público friki. Las necesarias precauciones impedirán, no obstante, que se habilite «la zona de juego» del local, explica su propietaria. «Hasta nuevo aviso, estará cerrada».
«Cuando supe que íbamos a poder volver a abrir me hizo mucha ilusión», asegura. Sus clientes le han expresado «las ganas que tienen de volver a vernos las caras sin una pantalla de por medio, aunque sea a dos metros de distancia». Pero, en este sentido, también siente cierta «pena, porque una de nuestras características es la cercanía con el público». Miren Itxaso Martín cree que, con la nueva situación, «el modelo de consumo va a cambiar». Muchos de sus clientes acostumbraban a, en sus visitas a Tinta Cómics, «curiosear, charlar...». Baraja que «ese trato familiar» pueda verse afectado, pero tiene claro que no será «ni por nuestra parte ni por la de los tinteros», sino obligados por «la situación. Tenemos un aforo máximo de tres personas y, si hay gente esperando, las compras tendrán que ser más rápidas. Habrá que quedar fuera de horario para tomarse una cervecita...».
Precisamente, sentarse en la terraza de un bar a tomar algo es uno de los planes de los que se podrá volver a disfrutar a partir de mañana, aunque de una manera diferente. Joseba Lopetegi, del bar Sargia, explica que «los clientes no podrán ir a pedir a la barra en ningún caso», sino que será el camarero quien acuda a la mesa a tomarles nota.
«Tenemos que volver a ser personas, recuperar sensaciones y, también, la economía», sentencia Lopetegi. «Las nuevas tecnologías han facilitado las comunicaciones, pero a nadie le gustar estar entre cuatro paredes». El hostelero cree que dividir la desescalada por fases «ha sido un acierto» que clarifica «dónde estamos en cada momento, hacia dónde vamos y dónde podemos volver a estar». Tiene muy claro que «no va a haber ningún hostelero que no vaya a pelear por su negocio. Todos vamos a intentar recuperar una cierta normalidad, aunque sea difícil». A él también le preocupa que «la cercanía y la relación personal» que caracterizan al pequeño comercio se vean afectadas por las precauciones sanitarias. La reapertura en un escenario tan diferente conllevará «dudas y situaciones nuevas que tendremos que ir gestionando. Va a ser un aprendizaje continuo», señala Joseba Lopetegi.

Reparto con motos eléctricas

En el caso de Bidassoa Tap Room, instalarán su terraza el miércoles, ya que el local de la calle Lavanderas cierra los lunes y martes. En esta reapertura, explica Diego Polo, «nos hemos tenido que cuestionar el formato de las mesas. Nuestro planteamiento inicial era mesas largas para compartir, en la línea que sigue el interior del local». Finalmente, en Bidassoa Tap Room han optado por «poner menos mesas de las previstas para que haya distancia entre ellas». El servicio se realizará sin que el cliente tenga que acercarse a la barra en ningún momento.
La crisis sanitaria ha llevado a Bidassoa Tap Room a reformular su servicio poniendo en marcha, antes de lo que tenían previsto, el servicio de entrega a domicilio: «era algo que teníamos en la guantera» y, un mes después del cierre obligado por la crisis sanitaria, «decidimos que era el momento», teniendo en cuenta que «si la vuelta de la actividad del establecimiento era paulatina y progresiva, podría ser un complemento muy importante a esa posible carencia de facturación en el local», explica Diego Polo. «Reformulamos la carta para adaptarla al formato y en semana y media estábamos listos para arrancar».
Una particularidad muy destacable del servicio es que se realiza con motos eléctricas: «hemos querido apostar por estos vehículos de acuerdo a la filosofía y a los diferentes movimientos estratégicos que tiene pensados Bidassoa Basque Brewery en cuanto a su estrategia cervecera, en la línea de la sostenibilidad». Utilizan también las motos eléctricas para entregar en la zona «pedidos de la venta online de cervezas de nuestra página web».
En Bidassoa Tap Room tienen claro que esta vuelta a una nueva normalidad va a suponer «un nuevo reto cada quince días», de acuerdo a las fases de la desescalada. «Ahora, el 'tetris' va a ser ir combinando este nuevo formato del delivery con la apertura, primero, solo de terraza, y luego del local». Diego Polo se muestra confiado porque «tenemos un equipo profesional, una cocina muy bien equipada para trabajar de forma muy segura y una empresa que apuesta por nuestras ideas y nos permite llevarlas a cabo».

Inaugurar, cerrar, reabrir

«Con ganas y con mucha ilusión», señala Aitziber Falque, reabre también Chocolates de Irun. Su tienda, en la calle Fueros, tuvo que afrontar el cierre obligado tan sólo un mes después de su inauguración. «Nos dio mucha pena pero, con la que se avecinaba, había que cerrar por precaución y sentido común». Ahora vuelven a ponerse en marcha «de momento con horario de mañana, hasta ver cómo va la cosa». Aitziber Falque valora recuperar también el horario de tarde a partir de mañana «y a ver si, poco a poco, vamos adelante». En Chocolates de Irun han implantado, lógicamente, las necesarias medidas de seguridad: «la separación entre los clientes, pantallas, mascarillas y un frasco de hidrogel en la entrada». En cuanto al sistema de pago, queda a elección del cliente, pero si opta por hacerlo en metálico «tomaremos la precaución de lavarnos las manos con hidrogel».
Aitziber Falque espera, con la reapertura de su tienda, contribuir a endulzar estos momentos a los irundarras: «unas oncitas de chocolate se comen a gusto siempre», señala con una sonrisa.

«Que la ciudad no se muera»

Aunque esta semana ya ha atendido a algunas clientas con cita previa, mañana retoma su horario habitual el establecimiento de moda Valentina, en San Juan. Ainhoa Pikabea afronta la reapertura después de haber limpiado «con una máquina de ozono» su tienda, y con las consabidas precauciones: «guantes, mascarilla, gel, una persona en la tienda cada vez... Y si se prueban algo pero deciden no llevárselo, esa prenda se queda en cuarentena», explica.
«¿Que si estoy animada? Qué remedio, pero he estado muy de bajón», reconoce. «Entre que los alquileres de los locales son altos y las ayudas pocas...», comenta, si bien agradece que «por fin» se hayan puesto en marcha ayudas desde el Ayuntamiento de Irun. No obstante, Ainhoa Pikabea ve «complicada» la stiuación, aunque espera que «la gente responda para que muchos establecimientos no tengan que cerrar». Por eso, anima a los irundarras «a comprar en el pequeño comercio, que las grandes cadenas no tienen ningún tipo de problema y los pequeños sí. Que entren, que nos compren para que la ciudad no se muera», concluye.

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