El Ayuntamiento acuerda con los bares su apertura para el día 30
La restricción matinal se limita a que el consumo se realice en el interior. El Grupo Popular de Irun defendió ayer la apertura ligándola al «desarrollo de la normalidad» y fijando su postura sobre «las dos formas de entender el Alarde»
- IÑIGO MORONDO | IRUN.
Hosteleros de calle Mayor y calle San Marcial mantuvieron esta semana una reunión con el Ayuntamiento de Irun para negociar la posible apertura de sus establecimientos en la mañana del 30 de junio. Según explicaron ayer fuentes municipales, se adoptó un acuerdo «atendiendo a su petición pero sin perder de vista la responsabilidad de garantizar la seguridad», por lo que se aplicarán algunas «medidas cautelares».
Así, se suspende el decreto que venía obligando a los hosteleros de estas calles a no abrir sus negocios en la mañana del día de San Marcial durante el paso de los Alardes. Podrán hacerlo sin más restricción de horario que la que marca la Ordenanza municipal que regula su actividad. La excepcionalidad se encuentra en el hecho de que, hasta que no finalice el recorrido del Alarde mixto, no podrán servir a través de las ventanas, que deberán permanecer cerradas, ni permitir que sus clientes abandonen el local con bebidas y contarán para ello con la colaboración de la Policía Local.
El PP fija postura
El PP de Irun se expresó ayer sobre este mismo tema, destacando que «siempre hay riesgos de altercados», en grandes concentraciones de gente como las que se dan en días festivos. «Pero no sólo en Irun, también en Errenteria, o en Donostia. Y no por eso se cierran los bares», explicaba su portavoz, Juana de Bengoechea. Su grupo defiende la apertura de los establecimientos hosteleros porque «una cosa es precaución y otra, aplicar medidas de excepción. La propuesta de los bares es razonable. Además», dijo refiriéndose a las dos formas de entender el Alarde, «hay que ir eliminando las disposiciones especiales que prolongan una situación de anormalidad en torno a las fiestas y desarrollar una normalidad».
Bengoechea se explayó a la hora de fijar la postura de su grupo al respecto. «Lo primero que hay que decir es que, atendiendo a los tribunales, el Alarde tradicional no es discriminatorio. Distintas instancias jurídicas lo han fallado. Hay que asumirlo así, al margen de sentimientos, opiniones y emociones. Por lo tanto», continuó, «no se puede mezclar el Alarde con temas de igualdad: ni con el Plan de Igualdad del Ayuntamiento, ni con actuaciones que busquen evitar la discriminación, etcétera». La realidad es que actualmente «cualquier persona puede celebrar el Alarde como desee hacerlo». Admitió que esta dualidad «se ve muchas veces como un fracaso porque supone pagar un alto precio: no hay una identificación colectiva con una única fiesta. Pero a pesar de pagar tan alto precio, no es un fracaso, es un éxito porque ninguna persona queda marginada de la celebración», valoró. «El tiempo ha hecho que este planteamiento se vaya asumiendo en la ciudadanía y la normalidad tiene que volver a reinar entre nosotros».
Para Juana de Bengoechea, el papel del Ayuntamiento está bien definido. «Como representantes de los ciudadanos, representamos a todos ellos, sin distinciones, por lo que nuestra misión debe ser garantizar que todos ellos puedan celebrar el Alarde como mejor consideren». Por eso anunciaba que no aceptará «presiones para que se prohiba al otro Alarde salir». Considera «poco razonable e inadecuada» la petición de que haya «un único Alarde y que sea mixto. Ninguno de los dos Alardes puede pedir a los representantes de los ciudadanos que prohibamos el otro». También apuntó que «una de las pocas cosas que aún crean suspicacias y recelos es que el Alarde mixto no tenga como interlocutor al Ayuntamiento y se relacione con la Consejería de Interior. Formalmente, eso convierte al Alarde en una manifestación. Yo velaré para que lo puedan hacer, pero mientras no se relacione con el Ayuntamiento, no se nos puede exigir que asistamos a una manifestación». Aseguró que si el mixto «eligiera como interlocutor al Ayuntamiento, el tratamiento tendría que ser el mismo que al tradicional y lo recibiría desde el balcón» de la casa consistorial.
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