Irungo Atsegiña homenajeó a quienes no olvidaron la figura de Luis Mariano
Coleccionistas de Irun, de Navarra y hasta de Valencia; la familia Lacan, José Luis Azkue y muchos socios respondieron el sábado a la propuesta de la sociedad gastronómica
- I. MORONDO | IRUN.
Irungo Atsegiña eligió el pasado sábado para celebrar lo que la sociedad denominó como «homenaje a quienes han mantenido viva la memoria de Luis Mariano». En el año en el que Irun, como otros en diversos países, ha querido celebrar el centenario del nacimiento de su hijo más universal, Irungo Atsegiña ha tenido el detalle de querer honrar a quienes han mantenido viva la llama marianista sin efemérides de por medio.
Su propuesta consistió en una exposición fundamentalmente de carteles «cedidos por José Crespo, un coleccionista de Alsasua», informaba en las veces de anfitrión Patxi Zayas, miembro de la directiva de la entidad. En una pantalla instalada para la ocasión, se proyectaban imágenes del propio Luis Mariano y su voz sonaba por la megafonía con el sabor especial que aporta la aguja sobre el disco vinilo.
«Ésa voz», decía Mari Carmen de León, «tenía una dulzura, un colorido... No ha habido nada igual ni sé cuanto tardará en volver a haberlo». Ella, además de dedicarse a la música profesionalmente, es una coleccionista valenciana «de tercera generación tras mi abuela y mi madre», que no dudó en apuntarse al evento. «Me gusta mucho venir a Irun, que además de ser la ciudad natal de Luis Mariano, me parece preciosa. Me encanta venir y hablar con gente que lo conoció, o que conoció a su familia y a sus amigos».
Más de cien personas
Otro coleccionista, en este caso local, Manolo Nieto, socio de Irungo Atsegiña, tuvo mucha culpa de lo que ocurrió el sábado, aunque con mucho respaldo de la sociedad.
Uno de los invitados más ilustres por la estrecha relación que mantuvo con el cantor, era Patxi Lacan, que acudió en compañía de otra gran amiga de Mariano, su esposa Françoise. El matrimonio aportó además los puntos de unión de la sociedad con Luis Mariano . «Uno de los socios fundadores de Irungo Atsegiña, Eduardo Cortijo, era primo de Mariano». Sus visitas a aquel Irun en compañía del cantor le traen recuerdos de una ciudad muy distinta en la que «todo lo que hay alrededor de esta sociedad era muy diferente de lo que veo ahora». También Françoise Lacan tiene recuerdos de Irungo Atsegiña. «Vine con Mariano en el 64. Entonces, no entraban mujeres en esta sociedad. Yo era la única entre un montón de hombres y Mariano me agarró por el brazo y no me soltó, para darme su apoyo todo el tiempo».
El coro Atzokoak puso el primer aporte musical en vivo. No sería el último, porque también actuaron en directo el pianista José Luis Azkue y el tenor de Elizondo Eduardo Zubikoa, que dio vida a las melodías que Luis Mariano hizo famosas en el mundo. En la postrera comida que servía de referencia para el encuentro, participaron más de un centenar de personas.
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