La calle Rataplán se ordena y mejora su entorno inmediato
La actuación no ha terminado aún pero se aprecia el significativo cambio
- IÑIGO MORONDO | IRUN.
Quienes sepan el aspecto que tenía el tramo de la calle Rataplán anexo a la calle Fagina serán quienes aprecien la diferencia. Como decía ayer el alcalde, José Antonio Santano, en su visita a las obras, prácticamente finalizadas ya, «no podemos hablar de reurbanización en este caso porque esta zona nunca llegó a urbanizarse».
Un parking ocupa hoy ese espacio, hasta ahora desamparado, en el que los coches quedaban aparcados de manera poco ordenada y dejando escaso margen al peatón. También se ha actuado en dos callejones, el que conecta ese parking con la calle Fagina y la trasera, hacia la calle Lapice, que ha dejado de ser un camino de tierra para convertirse en una acera baldosada e iluminada. «Es una zona céntrica que no estaba en buenas condiciones. Es difícil actuar, porque está hecho de una manera muy distinta a como se haría hoy, pero a pesar de todo debíamos actuar para intentar mejorarlo», señaló el alcalde.
Aprovechando la obra, se han renovado las instalaciones subterráneas de agua que según los responsables técnicos de los trabajos «eran muy viejas y se encontraban muy deterioradas».
Petición de mejoras
Más allá de que falten algunos detalles para rematar el proyecto, las obras continuarán. «Vamos a cambiar algunos suelos en la calle Fagina, a mejorar la iluminación en algunos puntos y a actuar también en la calle Lapice», recordaba la delegada de Obras, Cristina Laborda, que acompañó al alcalde en su visita. «Son», recordó el primer edil, «compromisos que adquirimos con los vecinos de este barrio».
También habrá algunos remates no previstos para responder a las peticiones que han surgido en el vecindario a raíz de la obra, especialmente entre los residentes de los inmuebles 1 y 3 de la calle Rataplan, cuyas fachadas y puertas de acceso dan directamente al reorganizado aparcamiento.
Ayer mismo, aprovechando la presencia de Santano, algunos de ellos bajaron de sus viviendas para trasladarle su inquietud con apectos concretos. El alcalde no dudó en explicarles que falta aún por pintar una raya amarilla para que los coches no aparquen en el lado de las casas y planteó la posibilidad de pintar otra línea, para crear «una banda peatonal», justo delante de las puertas de las viviendas. Aseguró que si eso no fuera sufieciente «podríamos estudiar la colocación de algunos elementos» que garanticen que los vehículos no invadirán el espacio adyacente a las casas, que era la principal queja de quienes se acercaron a conversar con él.
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