Los 300 km de la red de saneamiento se limpian cada dos años
19 marzo 2016
Antes de llegar al colector, las aguas residuales y pluviales circulan por una intrincada red. Por eso, los filtros de las estaciones de bombeo no son suficientes para evitar atascos. Consciente de ello, Servicios de Txingudi cuenta con personal específico y con dos camiones equipados para succionar sólidos acumulados que podrían llegar a taponar los conductos.
Leire Zubitur aclaró que «este equipo es capaz de limpiar cerca de 150 kilómetros de tuberías al año. Teniendo en cuenta que la red de saneamiento tiene, aproximadamente, 300 kilómetros, hablamos de que cada dos años se limpian todas las tuberías de aguas residuales de la comarca». Las arquetas siguen siendo los puntos de acceso, pero los sistemas de detección y recogida no dejan de mejorar. Para esto último se emplea una manguera de succión que traslada del alcantarillado al depósito hermético del camión cualquier sólido indebido que encuentre. Para comprobar si hay algo que retirar y dónde está, estos equipos cuentan desde hace unos meses con un periscopio digital que ha venido a sustituir al antiguo sistema de espejo. El aparato tiene una cámara en el extremo que se introduce por la arqueta y un visor en el que queda fuera. «Nos deja ver, con mucha claridad, a una distancia de 40 metros», explican los operarios, «lo que facilita mucho el trabajo». Todo lo que recogen estos equipos se vierte en una cuba de recogida que se encuentra en el recinto de la estación de bombeo de Amute. Un sistema de tornillo sin fin separa los grandes sólidos de las arenas y lava estas últimas de manera que se puedan llevar a un vertedero de inertes «en el que las tasas son inferiores al vertedero normal, al que llevamos todo lo demás. El esfuerzo merece la pena porque por cada contenedor de sólidos, sacamos cinco de arena», indicó la gerente.
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