Antiguo Hospital. / Oihana Sánchez
Un equipo de educadores de calle lleva más de 18 años generando recursos con los más jóvenes permitiéndoles afrontar con más garantías retos en su desarrollo personal. El área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Irun ha hecho balance del programa de educación en medio abierto en 2018. «Es quizás uno de los programas que públicamente quizá menos se conozcan, pero sin duda a nivel de intervención comunitaria para nosotros una de las iniciativas que tienen más valor», explicaba el delegado en funciones, Sergio Corchón. «Se trata de un servicio de apoyo a niños, niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años que tiene una característica particular: se realiza en grupos y en la calle de la mano de educadores ampliamente formados en este tipo de atenciones».
En detalle, este programa del área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Irun ha cumplido 18 años en funcionamiento respondiendo a las necesidades socioeducativas de este sector de la población, actuando directamente en su entorno de la vida cotidiana. Para atender estas situaciones se desarrollan diversas acciones en marcos grupales en puntos concretos de la ciudad, siempre dirigidos por un equipo de educadores de que interviene con estos menores en coordinación con los recursos y servicios de su entorno.
Esta intervención socioeducativa se caracteriza «por ser una atención cercana, en contacto directo con el propio entorno del menor», explica Sergio Corchón. Entre los objetivos que persigue el programa destacan escuchar y apoyar a niños, niñas y adolescentes en la formulación de sus demandas, dotar a estas personas de los recursos que propicien su proceso de desarrollo personal, y generar capacidades y habilidades en estos menores de cara a desenvolverse en sus círculos familiares, escolares y comunitarios.
Más de 400 casos
El delegado pone como ejemplo la labor realizada en el marco de este programa durante el año pasado, en el que 477 menores participaron en las sesiones grupales. Cabe señalar que además de las actividades en grupo, este servicio promueve otras actividades comunitarias, habitualmente a nivel de barrios, donde además de participar los integrantes de los grupos se suman otras personas que no están en estos grupos como pueden ser otros jóvenes, familiares o vecinos y vecinas del barrio que también se acercan a estas actividades, entre las que se encuentran festivales, campeonatos deportivos (fútbol, pelota, etc.), comparsa de carnavales, etc. En estos casos, 2018 reunió hasta 1.000 personas en torno a esta iniciativa.