El momento que Artia esperaba
El barrio irundarra verá cumplida una de sus reivindicaciones más antiguas en un plazo máximo de cuatro meses: las obras del futuro ascensor que conectará las calles Pío Baroja y Darío de Regoyos ya están en marcha.
REPORTAJE Y FOTOGRAFÍA DE JON GUEZALA - Jueves, 18 de Julio de 2019 - Actualizado a las 06:03h
Laborda, Santano y Barreiro, ayer, frente a la obra del ascensor.
Tras años de espera, al fin ha llegado el momento que tanto esperaba el barrio irundarra de Artia. Se trata de una de las zonas con mayor verticalidad de Irun. “A los viandantes en general no nos supone muchos problemas, pero las personas con movilidad impedida lo pasan muy mal para desplazarse por nuestras calles”, aseguraba a NOTICIAS DE GIPUZKOA el presidente de la asociación de vecinos del barrio, José Barreiro, en una entrevista concedida en septiembre de 2018.
Por ello, el Ayuntamiento de Irun instaló en 2007 varios tramos de escaleras mecánicas en el barrio. ¿Fueron suficiente para resolver el problema? Barreiro fue contundente al respecto el pasado mes de septiembre: “Lo cierto es que no. Una persona en silla de ruedas no puede utilizar las escaleras mecánicas y, por ejemplo, tampoco son la mejor opción para padres que llevan a sus bebés en cochecitos. Lo que realmente necesitamos en el barrio es un ascensor, y llevamos años esperándolo”.
En 2016 la asociación de vecinos decidió tomar cartas en el asunto y llevar el proyecto del ascensor a los presupuestos participativos. La propuesta salió elegida, aunque no todo estaba hecho. Los servicios técnicos municipales comenzaron entonces a redactar el proyecto oficial de obra, realizando un extenso estudio para determinar cuál era la mejor ubicación para el ascensor. La asociación de vecinos había propuesto construir el elevador en el aparcamiento existente entre los portales 14 y 16 de la calle Darío de Regoyos. Sin embargo, teniendo en cuenta que el del aparcamiento es otro de los problemas del barrio, los servicios técnicos decidieron que era mejor no tener que eliminar plazas y que, por tanto, la mejor ubicación para el proyecto era el espacio entre los portales 10 y 12 de la misma calle.
A ese mismo punto se acercaron ayer el alcalde de Irun, José Antonio Santano, su delegada de Obras, Cristina Laborda, y el propio Barreiro para visitar las obras del ascensor, que comenzaron a principio de mes, tras los sanmaciales.
“El caso de Artía es un ejemplo claro de por qué son importantes las actuaciones en materia de movilidad: es un barrio construido en altura, con muchos residentes que para acceder al resto de la ciudad tienen que salvar una serie de desniveles”, explicaba el alcalde, que consideraba “que durante estos años se ha avanzado en ese sentido con un microbus y con las escaleras mecánicas, aunque quizás faltaba completar las actuaciones dando respuesta a una de las viejas reivindicaciones de la asociación de vecinos, la del ascensor”.
Así, los trabajos del futuro elevador que unirá las calles Pío Baroja y Darío de Regoyos están ya inmersos en su primera fase. Las actuaciones se están centrando por el momento en el desvío de las vías canalización de las distintas redes de abastecimiento, para lo que una máquina esta ejecutando las zanjas necesarias. El siguiente paso será acometer las labores que permitan hacer el foso donde irá ubicado el ascensor.
La ingeniera del área de Obras del Consistorio irundarra, Virginia Canales, fue la encargada de ofrecer los datos más técnicos sobre el ascensor. “El elevador que se va a instalar irá integrado en una estructura de hormigón cuyos cierres en las caras que dan al río Bidasoa y a la calle Pío Baroja serán de vidrio de seguridad dispuesto sobre perfilería metálica”, detallaba Canales. La decisión de utilizar el vidrio como material en la construcción tiene por objetivo el integrar la perpectiva de género en el proyecto, permitiendo ver en todo momento en interior de la cabina desde la vía pública.
La estructura de hormigón estará conectada a la calle Pío Baroja mediante una pasarela metálica de 15 metros de longitud y dos metros de anchura. “Se hará también una parada intermedia con una salida de seguridad para casos de emergencia que estará conectada, a través de un camino pavimentado en hormigón de un metro y medio de ancho, con la recientemente urbanizada plazoleta al oeste del talud”, continuaba la ingeniera municipal.
En cuanto a la capacidad de carga, el ascensor podrá elevar unos 1275 kilogramos, el equivalente a “unas 17 personas”, en palabras de Canales, y su velocidad de desplazamiento será de un metro por segundo.
REPROCHEBarreiro, por su parte, no quiso perder la oportunidad de recordar de que se trata de “una obra que llega trece o catorce años tarde”. “Cuando se pusieron las escaleras lo que nosotros queríamos era un ascensor;esto no es un capricho, lo pedíamos porque el barrio realmente lo necesita”, recalcaba el presidente de la asociación de vecinos que calificaba de “tercermundista” el acceso de algunas zonas del barrio para las personas que utilizan silla de ruedas.
El alcalde quiso puntualizar y diferenciar las funciones que cumplen las escaleras mecánicas, que son “como una calle”, y los ascensores, que son “una mejora de accesibilidad”.
En cualquier caso, el ascensor que tanto tiempo lleva demandando Artia será una realidad en dos o tres meses, aproximadamente. El presupuesto de la actuación es de unos 460.000 euros y los trabajos los esta llevando a cabo la empresa Construcciones Otegui Gaztañaga.
CARACTERÍSTICAS
Ubicación. El elevador se situará entre los portales 10 y 12 de la calle Darío de Regoyos, tras haber descartado los servicios técnicos municipales el resto de ubicaciones planteadas.
Capacidad. 1275 kilogramos o 17 personas. La velocidad de desplazamiento será de un metro por segundo.
Perspectiva de género. Dos de las paredes de la cabina serán de vidrio para que el interior sea visible en todo momento y contará además con una cámara de seguridad.
Salida de emergencia. El ascensor tendrá una parada intermedia con una salida de seguridad que conectará con la calle Darío de Regoyos.
Financiación. El proyecto es posible gracias a los presupuestos participativos. El presupuesto es de 460.000 euros.
Plazo. El plazo máximo de ejecución es de cuatro meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario