Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa,el domingo día 28 de Julio de 2019.
Un año de apoyo y solidaridad con quienes no tienen voz
IRUNGO HARRERA SAREA CELEBRA SU PRIMER ANIVERSARIO REAFIRMANDO SU COMPROMISO CON “LA IGUALDAD DE DERECHOS DE TODAS LAS PERSONAS”
REPORTAJE Y FOTOGRAFÍA DE JON GUEZALA - Domingo, 28 de Julio de 2019 - Actualizado a las 06:04h
Oihana Galardi y Ion Aranguren, ayer, en los arkupes del Ayuntamiento de Irun.
Para cualquier irundarra, cruzar la muga para pasar una tarde en Hendaia apenas supone un paseo o, a lo sumo, una caminata si se vive en Ventas. Para los migrantes, traspasar la frontera con Francia es toda una odisea en la que, en muchos casos, el destino vuelve a ser el punto de partida: Irun.
Aunque la afluencia de migrantes ha descendido en gran medida en la localidad fronteriza, los férreos controles de la Gendarmería siguen teniendo lugar. Los voluntarios de Irungo Harrea Sarea (IHS) Oihana Galardi y Ion Aranguren daban fe de ello ayer, en el desayuno informativo que la red organizó bajo los arkupes de la casa consistorial irundarra con motivo de su primer aniversario como entidad.
Así, Galardi explicó que las labores de apoyo y acompañamiento que la red realiza siguen siendo absolutamente necesarias ya que a los migrantes “se les niegan sistemáticamente los visados necesarios para poder realizar un viaje seguro”. En ese sentido, entre enero y julio de 2019 IHS ha atendido a 1.487 personas (95 menores, 128 mujeres y 1.263 hombres). Asimismo, la red ha prestado 3.350 servicios entre ropero, acogida y gautxori.
Según la información proporcionada por los voluntarios, la inmensa mayoría de las personas atendidas provienen de África, “con rumbo a países del norte de Europa”, y se encuentran en situación “irregular” y “muy vulnerables debido a sus condiciones de migración, con clandestinidad abligada”.
Además de todo ello, afirmaban desde IHS, sus derechos más fundamentales son violados sistemáticamente “con las expulsiones ilegales que continua realizando la policía francesa en la frontera con Irun” y que continúan dándose hoy en día”. El caso más reciente del que la red tiene conocimiento tuvo lugar el pasado 23 de junio, día en el que dos mujeres fueron expulsadas sin que los gendarmes realizasen “ninguno de los trámites dispuestos por la ley”.
Los voluntarios recordaron que la red realiza toda su labor a la intemperie debido a que el Ayuntamiento “sigue sin considerar necesario cedernos un espacio”. A pesar de ello, calificaron este año como “el primero de un futuro de solidaridad, denuncia y apoyo”.
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