ION ARANGUREN MIEMBRO DE SOS RACISMO BIDASOA
“El problema de la migración ya no es tan visible en Irun porque el ‘cuello de botella’ ahora se forma en Marruecos”
El entorno de la plaza San Juan de Irun acogió ayer una nueva edición de Arroces del Mundo, iniciativa organizada por SOS Racismo con el objetivo de acercar a irundarras de diversas nacionalidades para fomentar el intercambio cultural
JON GUEZALA - Domingo, 21 de Julio de 2019 - Actualizado a las 06:03h
Ion Aranguren
IRUN- Por la diversidad que alberga, se podría decir que Irun es una ciudad plurinacional;Ion Aranguren profundiza en los retos y oportunidades que ello supone para la localidad.
¿De qué forma despierta su inquietud por las problemáticas sociales? ¿Es SOS Racismo la primera entidad con la que colabora?
-El tema del activismo social me ha interesado desde muy joven;en aquel entonces ya colaboré en varios proyectos solidarios. Sin embargo, durante muchos años he tenido que hacer un paréntesis en el activismo al no poder compaginarlo con mi vida laboral y la crianza de mis tres hijas. Cerré ese paréntesis hace tres años y desde entonces colaboro en SOS Racismo Bidasoa y en Irungo Harrera Sarea.
¿Por qué en SOS Racismo?
-Porque creo que es una organización que mantiene un equilibrio muy proporcionado entre denuncia de situaciones de desigualdad o racismo y el desarrollo de acciones para tratar de acercar a las poblaciones autóctonas con las migrantes.
Precisamente hoy (por ayer) se celebra una de esas acciones que organiza la entidad: Arroces del Mundo. ¿De qué se trata?
-Es una iniciativa preciosa que tiene su origen en San Francisco y que se ha exportado a muchísimas partes del globo. La primera de Euskadi se hizo hace unos años en Bilbao y nosotros hemos querido traerla a Irun. Se trata de generar puntos de encuentro entre distintas nacionalidades utilizando un elemento común a todas las culturas gastronómicas del mundo: el arroz. Aunque el arroz se consume en todas partes, la forma de prepararlo varía mucho en función del país y cada receta añade unos matices diferentes al ingrediente base. Creo que la misma metáfora puede aplicarse a los seres humanos: todos somos personas, pero nuestros bagajes culturales añaden matices a nuestra forma de ser, matices muy enriquecedores si se llegan a conocer.
¿Cómo esta discurriendo la mañana?
-Muy bien. Todo esta yendo según lo previsto y, aunque nos han fallado un par de puestos que no han podido venir, han acudido otros con los que no contábamos, por lo que hemos compensado la participación. Calculo que a lo largo del mediodía habremos repartido entre 400 y 500 platos de arroz.
¿Por qué es importante desarrollar acciones como esta en Irun?
-Irun es una de las ciudades de Gipuzkoa con mayor diversidad cultural. En los censos anuales solemos rondar en torno a las 100 nacionalidades diferentes. Eso, sumado a que somos un municipio fronterizo, hace que el potencial de intercambio cultural que tiene Irun sea enorme y tenemos que aprovecharlo.
Parece que este verano ya no es noticia la afluencia de migrantes en la muga... ¿Qué ha pasado?
-Que la Unión Europea y el Estado están inyectando millones de euros a Marruecos para que refuerce sus fronteras. La suma total asciende por el momento a unos 170 millones. Por tanto, ese “cuello de botella” que antes se formaba en Irun, ahora se forma en Marruecos. Si el año pasado nos llegaba una media de 60 migrantes al día, estos días están llegando menos de diez. El problema no ha desaparecido, pero ya no lo vemos en nuestra ciudad.
SOS Racismo ha denunciado recientemente la actuación de la Gendarmería en la devolución en caliente de dos mujeres nigerianas a Irun. ¿Siguen siendo habituales estas prácticas?
-Habituales e impunes. Esas dos mujeres estaban siendo tratadas como posibles víctimas de trata con fines de explotación sexual y un juez de Baiona había ordenado su liberación para que pudieran ejercer su derecho a la protección previsto por ley. Ha sido una expulsión ilegal y arbitraria, como tantas otras realizadas en especial a personas negras. Hace unos meses se dio un caso de expulsión a un turista brasileño con el visado en regla: era negro. Se trata de un control ilegal y racista.
¿Qué se puede hacer para luchar contra esas prácticas?
-Denunciarlas publicamente o demandar al Estado francés, en cuyo caso a lo máximo a lo que se puede llegar es a un “tirón de orejas” por parte de la Unión Europea.
Gipuzkoando
Una playa. No es Gipuzkoa, pero tengo que elegir la de Hendaia.
Un monte. Aiako Harria, es casi como un símbolo para mí.
Un paisaje. Me encantan los hayedos que hay en Aralar mirando hacia Lekunberri.
Una fiesta o evento El Alarde mixto de Irun.
Un lugar. El barrio de Egia. ¿Que si soy donostiarra? No, no, soy de Egia (ríe).
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