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Hacia un arbolado urbano más sostenible
La jardinería municipal prepara la entrada de la primavera, que llega el jueves por la tarde, unas pocas horas antes que el Día Mundial del Árbol
16.03.14 - 00:06 -
IÑIGO MORONDO | DIARIOVASCO.COM |
El jueves próximo, a las seis de la tarde, empieza la primavera, según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional. Al día siguiente, 21 de marzo, se celebra el Día Mundial del Árbol. Estamos a las puertas del renacer anual de la naturaleza y los servicios municipales de jardinería ya están preparados. Éstas últimas semanas, sus esfuerzos han estado dirigidos a una labor concreta, muy visible y que, según explica el responsable municipal del servicio, Estabean Jara, «hay que explicar bien para que los ciudadanos la entiendan»:la poda.
«Cortar ramas de árboles es algo que se reclama continuamente a este servicio a través del SAC por peticiones de los ciudadanos», apunta Eugenio Zubia, coordinador de las brigadas de jardinería. «Pero podar un árbol le hace daño, le crea heridas que no siempre curan bien;le crea desequilibrios, lo debilita». Por eso, «las podas bianuales programadas se limitan a espacios concretos:plazas Urdanibia y Ensanche, avenida de Gipuzkoa, calle Santiago, Ducoreau... fundamentalmente donde hay plátanos, con esa forma tan característica». «Se trata en estos casos», añadía Jara, «de una tradición estética con los plátanos, que en algunos casos, resiten desde antes del 36, lo que en esta ciudad ya es como para tenerlo en cuenta y respetarlo».
Luego están otras reclamaciones que se atienden:«Ramas bajas, otras que invaden viviendas... Incluso situaciones más graves en las que se acaban tomando decisiones dolorosas y difíciles como la tala». Hay otras, un 20% aproximadamente que no, porque no se considera que haya perjuicio, ni riesgo, ni otro motivo que justifique una lesión sobre el árbol:«lo podríamos estar convirtiendo en un peligro o transformándolo en un palo sin dignidad», dice Zubia. Según Jara, «muchas veces nos acusan de no podar, como achacando que no cuidamos los árboles porque no los podamos. Es algo que viene de cuando en los caseríos los árboles se podaban para que dieran más fruto, para sacar carbón o alimento de ganado... Pero es un error. En la ciudad aporta otras cosas y podarlos no es cuidarlos;todo lo contrario. No hay que podarlos. Resumiendo, diría que el árbol siempre tiende a un equilibrio y si tu podas, no sólo le haces una herida, sino que le obligas a crecer más rápido, con extremidades más débiles, que son las que luego se rompen y caen con el viento».
Para evitar situaciones como esas, «lo más acertado es poner los árboles adecuados en los sitios adecuados. Podrá haber árboles grandes en los parques, pero en las aceras no». Se trata de colocar porte y belleza en equilibrio con la seguridad y el crecimiento que tendrá la planta. «Algo en lo que desde hace unos años se está teniendo un cuidado muy especial, sobre todo cuando se reurbanizan calles o zonas enteras», siempre en sana competencia con el criterio estético que buscaba el arquitecto, claro. «El objetivo es que duren el mayor tiempo posible en el mejor estado posible y con los menores perjuicios posibles».
La obra en la plaza Urdanibia
Era inevitable preguntar por el árbol que recientemente cayó en la avenida de Navarra. Jara recuerda que ocurrió en días en los que hubo un fortísimo viento que causó muchos otros destrozos, pero destaca también la importancia «de lo que no está a la vista. Las raíces son importantísimas, pero no las podemos ver. En el caso de la avenida de Navarra, después de que cayera, vimos que tenía las raíces muy mal, totalmente podridas».
Es difícil saber por qué pero los jardineros lo ligan a lo anterior, a que quizá árboles de tanto porte como esos tilos no tengan en un pequeño alcorque de acera su hábitat más adecuado. Tampoco hay que olvidar que hubo obras de reurbanización hace pocos años y eso pudo afectar. «Nos pasó en otra zona que al hacer una zanja para meter infraestructuras, cortaron raíces de varios árboles y tuvimos que sustituirlos todos». Como explicaba Zubia, «aparentemente los árboles estaban sanos, pero viendo lo que les había pasado a sus raíces, sabíamos que en pocos años esas heridas podían no curar bien, pudrirse y hacer que cayera el árbol. Por eso hubo que quitarlos».
Ahora mismo, en la plaza Urdanibia, se están llevando a cabo trabajos para rejuvenecer la plaza. Una obra para la que la participación ciudadana fijó, entre otras, la condición de mantener el arbolado. «Hicimos un estudio uno por uno», recuerda Jara, «y explicamos en una reunión que podría haber hasta 15 plátanos que por su salud podrían no superar la fase de obra. Creemos que al final serán aún menos, principalmente porque el plátano es extremadamente resistente, una maravilla de la naturaleza, pero también gracias al cuidado que se está teniendo en la obra... y, bueno, a un golpe de suerte». Jara se refería con esto a que existía un problema de base. El nivel freático en la plaza está muy cerca del suelo por lo que se estimaba que no habría mucho espacio subterráneo para las raíces del arbolado. «Hay que excavar 30 centímetros toda la plaza para echar las diversas capas de solera y temíamos que eso destrozara las raíces. La sorpresa fue que con décadas echando gravilla y posteriores capas de asfalto, entre lo que es el suelo de hoy y lo que era cuando se pusieron los árboles hay 40 centímetros. 40 centímetros sin raíces que se pueden excavar sin afectar para nada al árbol».
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