JUANMA GARATE CEPA EXCICLISTA PROFESIONAL Y ENCARGADO DE LEER EL PREGÓN DE FIESTAS DE IRUN
“Siendo ciclista, casi prefería estar fuera en fiestas, porque no podía disfrutar como el resto”
Retirado del ciclismo profesional, Juanma Garate percibe la cercanía de las fiestas de Irun, su ciudad, “con ganas e ilusión”. El próximo martes leerá el pregón desde el balcón del ayuntamiento.
XABIER SAGARZAZU - Jueves, 18 de Junio de 2015 - Actualizado a las 06:19h
IRUN - Juanma Garate, que se formó en el deporte de las dos ruedas en el Club Ciclista Irunés, confiesa que ahora, a sus 39 años, tiene “el tiempo que antes, como deportista profesional, no tenía para disfrutar de la familia”.
¿Antes de nada, y para quienes quizá no lo sepan, cómo es su vida de deportista retirado?
-Cuando tomé la decisión de retirarme en medio del conflicto laboral con mi último equipo, a principios de año, pasé por ese periodo de ansiedad por hacer algo y no estar quieto, por buscarme una ocupación inmediata. El conflicto con Blanco Pro Cycling, la sociedad matriz del equipo al que patrocinaba Belkin, se está dilatando en el tiempo y todavía puede ir para largo. Me he tomado unos meses para estar en casa, algo que antes no podía hacer tan a menudo, con tanto viaje. Y sobre todo para estar con la cabeza en casa, cosa que era aún más complicada, porque si no estaba fuera, estando aquí estaba muy concentrado en la preparación, los entrenamientos y demás. Ahora estoy disfrutando mucho de lo que no pude disfrutar con mis tres hijos y mi mujer. Y también estoy echando una mano al Club Ciclista Irunés, trabajando con la cantera y en la organización de la Juanma Garate Bizikleta Festa, en la que este año sí he podido estar más involucrado.
¿Cómo se siente en estos días previos al inicio de las fiestas? Aunque ya leyó el saludo oficial en 2002, fue en la Sala Capitular y esta vez, será desde el balcón del ayuntamiento y con los irundarras en la plaza San Juan. ¿Está preparado ya su discurso?
-Recibir la llamada con la invitación a leer el pregón este año fue una gran sorpresa para mí. Lo valoro mucho y es un gran honor, y más siendo la segunda ocasión. Y sobre todo, que haya llegado cuando ya estoy retirado y fuera de los focos de la actividad profesional como ciclista. No ha sido un año fácil y recibir esta invitación supone algo especial para mí. ¿Si ya tengo el discurso? Pues ni he escrito nada, ni sé muy bien lo que voy a decirles a los irundarras y ni he tenido tiempo de ponerme nervioso, al menos por ahora. Si fuera periodista, o guionista como Diego San José, que leyó el saludo del año pasado, quizá hasta me sobraría tiempo y las palabras saldrían solas. Espero, aún así, acertar y conseguir que mis palabras lleguen a la gente.
¿Qué recuerdos tiene de las fiestas?
-Mi recuerdo más entrañable es de cuando era pequeño y en mi barrio, en San Miguel, recogíamos de todo y hacíamos la hoguera en la noche de San Juan, en el descampado que era entonces lo que hoy es la plaza Alberto Anguera. Y también era de los que se subían al tronco junto al San Juan Harri. ¡Un año, hasta conseguí llevarme una de las bolsas! Ya más tarde, en mis cinco años de ciclista amateur, tengo muy viva la memoria de lo que era para mí la noche del 28 de junio. Vivía en la calle Javier Esteban Indart, donde hay una decena de bares que daban menús del día. Yo esa noche estaba durmiendo mientras la gente joven de mi edad se juntaba a cenar en cuadrilla para luego salir de juerga. A mí, me tocaba intentar descansar al máximo y levantarme pronto para desayunar y correr, ya en la mañana del día 29, la Clásica de San Pedro, aquí mismo en Irun. Y el día 30, muchas veces ni estaba aquí. Ya siendo ciclista profesional, he podido estar muy poco en fiestas, casi nunca. Y si estaba, no podía disfrutar como los demás. Por eso, casi prefería estar fuera. Mi hermana, que vive los sanmarciales con locura, me ponía el micrófono del móvil para que oyera las marchas del Alarde en la cuesta de San Marcial, cada 30 de junio. Igual que otro amigo solía hacer lo mismo cada 8 de septiembre con el Alarde de Hondarribia. Ni siquiera pude estar en Hondarribia cuando la que hoy es mi mujer salió de cantinera.
¿Y cómo va a vivir las fiestas este año?¿Tendrá tiempo para alguna juerga que otra, ahora que ya no tiene la obligación de cuidarse tanto?
-En principio, viviré las fiestas con tranquilidad, disfrutando con mi mujer y mis hijos y con el resto de la familia. Va a ser un año especial con todo esto del pregón pero no tengo nada planeado por ahora. Si hay alguna juerga, será improvisada y sobre la marcha. Aunque no tiene por qué surgir necesariamente. Recuerdo que me lo pasé genial el 28 de junio de 2002, el año de mi anterior pregón, siendo ciclista profesional y teniendo que cuidarme de no cometer excesos de ningún tipo.
Su txoko favorito. Parecerá una tontería, pero hoy puedo disfrutar de un café en el porche de casa.
Un paisaje. Las vistas desde el antiguo Parador de Jaizkibel.
Un monte. La subida a Gorla me hizo ciclista profesional. Y en Bergara me cuidan muy bien.
Su playa. Hondarribia, sin gente.
Una fiesta. Las noches de San Juan y la hoguera, en mi infancia.
Gipuzkoando
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