Ezezagunok gana un premio a la mejor puesta en escena por su última obra
'La verdadera historia de Romeo y Julieta' ha sido recientemente galardonada en la Muestra de Teatro Joven de Donostia
- JOANA OCHOTECO
- IRUN
Hace unos días, durante la entrega de premios de la XXVII Muestra de Teatro Joven de Donostia, los integrantes de Ezezagunok esperaban nerviosos en sus asientos. «Siempre que estás en una entrega anhelas llevarte un premio, pero también vas un poco escéptico. Somos conscientes de que aún existen esterotipos, se ponen etiquetas...», explica Luisma Moreno, integrante del colectivo. No obstante, la realidad demostró que todas las barreras pueden superarse si se afrontan con ilusión y trabajo duro. Cuando al anunciar el premio a la Mejor Puesta en Escena en categoría senior resonó el nombre de Ezezagunok «nos quedamos bloqueados, pero luego empezamos a gritar. Estamos muy, muy felices», resume Luisma Moreno.
El grupo de teatro irundarra, cuyos intérpretes son personas con discapacidad intelectual, se convirtió aquel día en el primero de estas características en ganar un premio oficial. Son el único grupo teatral con esta particularidad de Gipuzkoa, «y creo que también de Euskadi». El galardón lo han obtenido por su último montaje, 'La verdadera historia de Romeo y Julieta'. La obra se estrenó en el Centro Cultural Amaia, el pasado mes de febrero.
El premio recibido en la Muestra de Teatro Joven «tiene un doble valor. Antes habíamos obtenido menciones especiales del jurado, pero no premios oficiales. Sabíamos que lo teníamos un poco más complicado, porque nuestros intérpretes muestran su trabajo en otro código: por la forma de hablar y de proyectar la voz, el tipo de frases y composiciones... No es lo habitual y la gente no está tan acostumbrada», explica Luisma Moreno, que junto a Ana Pérez y Miren Etxeberria dirige 'La verdadera historia de Romeo y Julieta'.
«Divertido y comprometido»
A pesar de ser conscientes de las condicionantes, los miembros de Ezezagunok también valoraban los atractivos de su propuesta: «es un montaje teatral muy bien armado; interesante, divertido, comprometido y que genera muy buen rollo». Prueba de ello son «las críticas que ha recibido, que han sido inmejorables»; así como el apoyo del público. La obra ha podido verse estos meses, además de dos veces en Irun (en el Amaia, que se llenó durante el estreno, y también en Ventas), en Hondarribia, Errenteria, Urnieta y Donostia.
'La verdadera historia de Romeo y Julieta', además de ofrecer al espectador grandes dosis de diversión, «nos permite abordar un tema poco trabajado, como es el de las relaciones personales entre gente con discapacidad. ¿Quiénes somos nosotros para decidir a quién tienes que querer? Además de divertida, es también una obra comprometida que envía un mensaje», subraya el director.
Tras el 'subidón' del premio «estamos deseando poder representar la obra en muchísimos más sitios», afirma Moreno. Ya tienen apalabradas dos funciones más: el 6 de octubre en la Casa de Cultura Biteri de Hernani y el 11 de diciembre en Elgoibar. Y están deseando que surjan nuevas oportunidades para actuar. «Nos gustaría poder cerrar un par de representaciones más en octubre o noviembre... Esperamos que a través de este reconocimiento nos pueda conocer más gente. Varias personas que han venido a vernos nos decían que habían llegado con cierta actitud benevolente; pero que luego se lo habían pasado mejor de lo que esperaban y se habían reído muchísimo. Para nosotros eso es genial».
Calidad en aumento
El equipo de Ezezagunok tiene ya a sus espaldas ocho años de trabajo, en los cuales «hemos ido realizando propuestas cada vez más complejas y maduras, más adultas... Y que, por lo tanto, nos llevan mucho más trabajo». Además, explica el director, «cuando te propones llevar a cabo cosas más complejas, surgen necesidades también más complejas». Ezezagunok ha querido «dar un salto de calidad, y llevamos un técnico de iluminación propio», lo que supone «que nuestro presupuesto tiene que cubrirlo. Queremos que el resultado final sea acorde a nuestra intención. Queremos calidad, por lo que nuestros intérpretes trabajan más». En este sentido, Luisma Moreno quiso agradecer no sólo el trabajo de los intérpretes y miembros del colectivo, sino también el de sus familias: «ha habido mucho trabajo que los intérpretes han tenido que hacer en casa con el apoyo de sus familiares. El premio también es de ellos».
El reconocimiento obtenido por el equipo de Ezezagunok no puede, ni debe, traducirse más que en un mayor apoyo por parte de su ciudad, a nivel institucional y social. No es sólo que lo merezcan, es que se lo han ganado por méritos propios.
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